Una asociación musulmana de Córdoba pide una gestión compartida de la Mezquita Catedral
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La Asociación Cultural Ibn Hazm de Córdoba, vinculada a la Mezquita de los Andaluces, ha hecho pública una nota de prensa en la que reclama un cambio en la gestión de la Mezquita Catedral, proponiendo, entre otras posibilidades, el rezo compartido, la creación de un patronato plural o, en su defecto, la desacralización del monumento para convertirlo “en un espacio exclusivamente cultural”.
La petición ha sido comunicada por Alejo Ávalos González, presidente de la asociación e imán de la conocida como Mezquita de los Andaluces, quien ha explicado a este periódico que, en parte, a raíz del reciente incendio en el monumento, en la noche del 8 de agosto, un suceso que ha generado un “auténtico terremoto emocional” y una “preocupación cercana al pánico” entre la comunidad musulmana cordobesa.
Ávalos González, que profesa el culto musulmán desde el año 1984 y es imán de la Mezquita de los Andaluces desde principios de siglo, ha firmado un escrito en el que denuncia lo que considera una gestión “anacrónica” y una “sinrazón” por parte del Cabildo Catedralicio, al que acusa de administrar el monumento de manera única y exclusivista.
“Es momento de alzar la voz y reclamar lo que por derecho nos corresponde. La Gran Mezquita Aljama de Córdoba, actual Mezquita-Catedral, puede albergar tanto el rezo católico como el islámico. Son casi 24.000 metros cuadrados de edificio: espacio hay de sobra”, señala en el texto, con el que propone abrir “un debate sosegado en la sociedad cordobesa para que los responsables promuevan la creación de un patronato que administre la Mezquita-Catedral con participación de todos los organismos mencionados.
En el texto, afirma que la actual gestión del Cabildo no solo mutila la esencia del edificio, sino que también lleva a cabo una “política de ocultación y negación de su pasado islámico”. Como prueba de ello, señalan, el “evidente estado de dejación” de ciertas áreas como el Patio de los Naranjos, “con arcos de entrada cegados y decoración destruida, o la desaparición de los portones de bronce originales”.
Frente a ello, proponen la creación de un Patronato representativo para la gestión del monumento, en el que participen el Gobierno de España, la Junta de Andalucía, el Ayuntamiento de Córdoba, la Iglesia Católica, la propia Comunidad Musulmana de Córdoba y la sociedad civil organizada. Consideran que solo “una representación plural puede tener en cuenta todas las sensibilidades de la sociedad actual y garantizar la conservación integral del edificio, tanto en su dimensión islámica como cristiana”, tal como exige la declaración de Patrimonio Mundial de la Unesco.
La última vez que organismos islámicos y musulmanes reclamaron el rezo públicamente fue hace casi 20 años. En 2006, la Junta Islámica entregó una carta al entonces Nuncio Apostólico del Pontífice en España para que éste se la hiciera llegar al Papa Benedicto XVI, en la que solicitaban que los musulmanes pudieran compartir con los cristianos el rezo en la Mezquita-Catedral para “despertar las conciencias” de ambas confesiones y “enterrar enfrentamientos pasados”.
El entonces obispo de Córdoba, Juan José Asenjo, rechazó de pleno la propuesta. E igualmente, cuando el Papa dio respuesta a esa petición, desde la Junta Islámica descartaron también mantener esa vía porque entendieron que “el ruido mediático y la problemática que esto conllevaba eran muy perjudiciales especialmente para los musulmanes, por tanto, eso está descartado” -en palabras recientes de la actual presidenta de la Junta Islámica, Isabel Romero-.
Discriminación y vulneración de derechos
La asociación califica la situación actual de “discriminación inaceptable” que crea “ciudadanos de primera y ciudadanos de segunda” en pleno siglo XXI. Denuncian que, mientras cualquier ciudadano católico puede usar el templo para la expresión de su fe, a los musulmanes se les impide el culto, llegando al extremo de que la seguridad privada interviene “con violencia” si un turista musulmán intenta realizar una oración ante el Mihrab. Sostienen que esta prohibición viola el principio constitucional de igualdad y libertad de culto, especialmente en un edificio que la Unesco denomina oficialmente “Mezquita-Catedral”, reconociendo “su doble naturaleza”.
El colectivo se siente amparado por el Acuerdo de Cooperación firmado entre el Estado Español y la Comisión Islámica de España en 1992, que garantiza la igualdad de trato. Sin embargo, afirman que, 32 años después, sus derechos no se aplican en la práctica en Córdoba.
Las críticas no se dirigen únicamente al Cabildo. La asociación también acusa al Ayuntamiento de Córdoba de mantener “oídos sordos” y responder con “silencio administrativo” a sus reiteradas peticiones. Comparan su situación con la de otras confesiones, como la comunidad evangelista, a la que el consistorio sí ha cedido terreno municipal para la construcción de un centro de culto, a pesar de tener un número de fieles menor. Esta diferencia de trato, sugieren, podría ser calificada por un observador externo como “islamofobia” y constituir un presunto delito de prevaricación.
“No pedimos ningún disparate. Aunque parezca ambicioso, la cogestión de monumentos islámicos está recogida en los acuerdos de 1992 entre el Estado español y la comunidad musulmana. Es decir, lo único que decimos es que se aplique la legislación vigente en lo que es materia de derechos de los musulmanes”, reflexiona el imán.
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