domingo, 6 de julio de 2025

Por la paz ..... Palestina libre

 


Medidas contra la corrupción

 

3 medidas contra la corrupción 

En definitiva, Sánchez insiste en que la "traición" de Cerdán y Ábalos es "dolorosa" para él desde el punto de vista político y personal porque, a la postre, confió en ellos. "No supe descubrir qué había detrás. La sombra de este horror no puede hacernos olvidar lo mucho que hemos logrado", ha expuesto el secretario general que, a continuación ha desgranado las medidas de actuación que activará el PSOE para luchar contra la corrupción. 

La batería de iniciativas se cimentará sobre tres ejes, que partirán de un refuerzo al "equilibrio de poderes dentro del partido" para evitar una gran concentración de responsabilidad en una sola persona. También se regularán los plazos máximos para los expedientes por corrupción y velar por la transparencia dentro de la organización, mediante la modificación del artículo 43 de bienes y actividades. Esa declaración se presentará a las Comisiones de Ética y Garantías; el cual se reforzará para que reciba copias de todos los documentos que entren en el canal de denuncias. 

Por otro lado, se actualizará el Portal de Transparencia, donde se incluirán presupuestos, ayudas, subvenciones, convenios y otras retribuciones del equipo. Un paso que conecta con la aprobación de un "protocolo anti fraude y anti corrupción" que han propuesto desde el PSC, según explicaba el jefe del Ejecutivo. 

Sánchez no ha desgranado en su conjunto las medidas restantes, pero una de ellas se dio a conocer este pasado viernes. La formación retocará su Código Ético para poder expulsar a militantes que consuman prostitución, haciendo referencia a los "impresentables audios" entre José Luis Ábalos y su exasesor Koldo García Izaguirre.

En cualquier caso, Sánchez ha asumido la responsabilidad de los actos del exministro de Transportes y del último secretario de Organización, al no haber identificado a tiempo sus prácticas. "Hemos cometido errores, no somos perfectos, somos seres humanos. Yo el primero y el mayor de todos ha sido confiar en quien no debía", indicaba al final de su alocución, asegurando que su compromiso contra la corrupción es "total, absoluto" y "venga de donde venga"; estableciendo una diferenciación clara con el Partido Popular. 

Más información en https://www.elplural.com/politica/capitan-sanchez-apura-ultima-botella-oxigeno_355928102

10 artículos imprescindibles de la semana

 

sábado, 5 de julio de 2025

Plantar cara a la adversidad y volver a superarla”, palabra de Pedro Sánchez

Plantar cara a la adversidad y volver a superarla”, palabra de Pedro Sánchez

Pide a su partido un renovado voto de confianza con una batería de medidas de regeneración democrática interna contra la corrupción y el machismo.




 En estos días oscuros, el electorado progresista se siente invadido por un fuerte sentimiento de vergüenza. Traicionado por unos individuos que se reclamaban representantes suyos mientras eran la antítesis de sus ideas, personajes de una película de serie B sobre timadores. No nos pilla de nuevas. Desde hace ya décadas, la corrupción se ha revelado como la enfermedad crónica del sistema, en un país en el que, no lo olvidemos, incluso el jefe del Estado resultó ser un comisionista de altos vuelos.

Esta semana, del primero al último de los progresistas nos hemos preguntado qué habría que hacer, y las opiniones están divididas. Seguir o no adelante. Cómo actuar.

Lo primero que hay que saber es que, si la respuesta final es seguir, eso no excluye el profundo reproche por lo ocurrido. Ni admite la inactividad. Hace décadas que todos los Gobiernos de la democracia posponen o postergan decisiones elementales sobre la contratación pública, empezando por licitaciones abiertas, en las que todos los pasos se publiquen uno por uno en Internet, con los expedientes a la vista de todos.

Ya se ha demostrado que cerrar la boca de los devoradores parece impracticable. Probemos a cerrar el grifo del que sale el dinero

Persecución activa de los corruptores. No hay corruptos si no hay quien les pague. Y no nos sirve el argumento de que los empresarios pueden ser presionados para pagar. Si es así, habrá que habilitar canales para que puedan denunciarlo y se elimine a los políticos corruptos en el momento cero de su actividad. Si no, si, como sospechamos, hay empresas que obtienen beneficios de la corrupción, es preciso que sean perseguidas. No solo porque hablamos de un beneficio ilegítimo, sino porque hablamos de un cáncer político. Algunas formaciones que no persiguen otro fin que ser ellas las que se enchufen a la teta del Estado han montado sobre esto el grueso de su discurso, y acontecimientos como los de esta semana engordan sus alforjas electorales. Ya se ha demostrado que cerrar la boca de los devoradores parece impracticable. Probemos a cerrar el grifo del que sale el dinero.

Hay otras cosas en las que no debemos dejarnos llevar por el calor o el frío del momento. Porque todos queremos soluciones dramáticas, pero puede que no resuelvan nada. Y es preciso también poner coto al “síndrome del seleccionador nacional”: siempre es fácil, a toro pasado, decir que el sentido común impedía nombrar a personajes así para nada, pero todos sabemos que no hay procedimientos de selección fiables. La política no es un concurso de méritos, y la historia demuestra que personas con un curriculum inexpresivo se han revelado luego dirigentes de peso. De la misma manera, la formación moral no se puede medir. Pero sí hay que tener una cosa clara: hay que cortar la mano cuando aún no ha metido en el cajón más que la sucia uña. Después es ya muy tarde.

Duras verdades

 

Duras verdades

El PP abre su congreso con mentiras, corrupción encubierta y vínculos con un narcotraficante.





No hay duda de que a todos nos gustaría que la política se desarrollara conforme a unos manuales de conducta en los que todo estuviera previsto, y se llevara a cabo según esas previsiones. Sería mucho más fácil y mucho más grato.

Pero, todos los días, la realidad sale a nuestro encuentro con escenarios inimaginables, que ponen a prueba nuestras capacidades y nuestras convicciones. Hablamos de soluciones a las crisis que en un mundo ideal tal vez lo fueran, pero la dura verdad es que en el que tenemos no se pueden llevar a la práctica sin riesgos decisivos para el propio sistema que defendemos. Sin ser contradictorias consigo mismas.

En estos días reina justificada indignación, y el que firma estas líneas la comparte, con los graves errores cometidos por el partido que dirige el Gobierno. Se proponen distintas soluciones, pero resulta difícil analizarlas con frialdad cuando, como en un documental de horror, el congreso del Partido Popular se abre con los discursos de un expresidente culpable de graves mentiras, otro encubridor de la corrupción y un sucesor que lleva en su curriculum como una medalla la amistad estrecha con un narcotraficante. Esto es la alternativa.

No puede confundirse un castigo con una solución, y durante estos días se está confundiendo, desde posturas inapelablemente dignas, que podrían tener todo su sentido en un mundo sin nombres y apellidos. Pero vivimos en un mundo con nombres y apellidos. Un mundo en el que esas soluciones mecánicas conformes a las reglas no están apelando a un resultado abstracto, sino a un Gobierno supuestamente purificador en el que tendrían asiento de ministro nombres tan respetuosos de las reglas, tan verosímiles como regeneradores, como los de Abascal, Tellado, Ortega Smith. Los que aplauden a Trump y sus cárceles medievales rodeadas de caimanes. Los que aplauden a Milei y sus insultos. Los que reivindican a todos los tiranos.

Por supuesto, ningún reproche a que esto ocurra un día si así lo deciden los españoles, cuando sea el momento de votar. Pero que nadie lo presente, envuelto en teorías irreprochables, como una solución anticipable. Una ruina no es una solución, y ningún argumento la convierte en otra cosa que ruina.

Los que siempre hemos defendido y seguiremos defendiendo una sociedad basada en reglas nos sentimos desgarrados por este mundo disfuncional en el que las reglas están fracasando al ser aprovechadas por los liberticidas. Pero sería un error capital, un crimen, ignorar en aras de la teoría que esta es la durísima verdad a la que nos enfrentamos. Ignorarlo sería un error del que, luego, ya no habría forma de recuperarse.

El XXI Congreso del PP: contrabando y cobardía

 

El XXI Congreso del PP: contrabando y cobardía

El PP celebra este fin de semana su XXI Congreso. Y lo hace presentando un documento que, más que un programa, parece una colección de frases pensadas para no molestar a nadie.


El Partido Popular celebra este fin de semana su XXI Congreso. Y lo hace presentando un documento que, más que un programa, parece una colección de frases pensadas para no molestar a nadie… mientras preparan el terreno para molestar a muchos.

He leído con atención el capítulo dedicado a Política Económica de la ponencia que se debatirá estos días. Y la primera conclusión, la más relevante, es esta: el problema no es tanto lo que dicen, sino cómo lo dicen para no decir nada… o para no decir lo que realmente quisieran hacer si gobernaran. El mérito del texto no está en lo que propone, sino en lo que oculta.

Estamos ante un ejercicio de contrabando político : sus verdaderas intenciones —las que afectan a la clase trabajadora, al empleo, a los salarios, a los servicios públicos— viajan escondidas en un discurso lleno de frases amables, “evidentes”, inofensivas. Espacios comunes que nadie podría discutir… porque son puro humo.

¿Quién no va a estar de acuerdo con frases como estas?

Es prioritario crear empleo estable, de calidad y de alto valor añadido.
Necesitamos mejorar el poder adquisitivo de los españoles.
Defendemos un país en el que el ascensor social vuelva a funcionar.
Queremos que el paro baje porque hay más ingenieros trabajando aquí.”

Amén. Pero, ¿cómo? ¿con qué leyes? ¿con qué recursos? ¿a costa de quién?

Nada de eso aparece. Ni una sola propuesta concreta, ni una cifra, ni un calendario. Lo esencial está escondido detrás del envoltorio. Y donde asoma la ideología real, lo hace con un lenguaje tramposo, cuidadosamente calculado para parecer neutral:

  • Llaman “burocracia” a las leyes y reglas que protegen derechos laborales.
  • Hablan de “asfixia fiscal” para preparar futuras rebajas a quienes más tienen.
  • Quieren una “nueva concertación social”, pero sin mencionar a los sindicatos.
  • Proclaman que “el salario mínimo debería ser el menos frecuente”, sin decir si van a congelarlo o a recortarlo. (Aunque en este caso ya lo aclaró Núñez Feijóo en Onda Cero: merece la pena escuchar su declaración

El resultado es un documento de cobardía política. Porque el PP tiene un modelo, claro que lo tiene, pero no se atreve a decirlo abiertamente. Saben que sus propuestas reales —flexibilización sin freno, desregulación, individualismo, debilitamiento del sindicalismo— no son populares entre quienes las van a sufrir. Así que las camuflan.

Y aquí está el contraste más llamativo: Trump, Milei o VOX no se esconden.
Dicen con claridad lo que quieren: dinamitar el Estado, romper con derechos conquistados, debilitar al movimiento sindical, entregar el futuro a las grandes empresas. Es brutal, sí. Pero no esconden su brutalidad tras una sonrisa. El PP sí.

Por eso este congreso merece ser recordado como el del contrabando y la cobardía:
Cobardía para no reconocer lo que realmente van a hacer si gobiernan.
Contrabando porque su programa es un envoltorio vacío que esconde cargas de profundidad contra los derechos laborales, la igualdad fiscal y los servicios públicos.

Al final, el PP no es menos ideológico que los que vociferan. Solo es más prudente con su marketing. Pero no  nos confundamos: la amenaza no es menor por ser más educada.

Lo decente, lo democrático, sería que dijeran la verdad:

“Queremos desregular el mercado laboral, reducir impuestos a los que más ganan, debilitar a los sindicatos y redefinir el papel del Estado como mero gestor del orden, no como garante de derechos”

Eso sí sería valentía.

Pero no: porque se sabría la verdad.

Por la paz ..... Palestina libre