Ayer, como tantas otras veces, paseé por la Bahía de Cádiz. Me gusta más este paseo que hacerlo por el paseo marítimo. Este paseo por el de la "Bahía de Cádiz" me hace comprobar cómo esta ciudad ha cambiado físicamente, urbanísticamente, desde aquel Cádiz que recibimos los concejales de la primera Corporación Municipal de 1979, la primera que fue elegida por la ciudadanía y de la que tuve el honor y la responsabilidad de formar parte. Cambia la ciudad como cambiamos las personas.
En primer lugar paso por los jardines "los Cinco Continentes" construidos sobre las vías del tren. Para mí el soterramiento de la vía del tren es la actuación más importante realizada. Ha supuesto suprimir la barrera que dividía física y sociológicamente la ciudad.
Después compruebo el avance de la construcción del nuevo puente. (¡Por favor, que no quede con ese inadecuado nombre del "puente de la Pepa"). Avanza su construcción. Pero .... era necesaria. ¿Eran necesarios esos 360 millones de € y más que nos va a costar a la ciudadanía? La situación es ya irreversible.
Y llego por fin al que era el objetivo principal del paseo matutino: los jardines construidos en los "terrenos ociosos de astilleros". Están bien. Me gustan. ¿Sabremos conservarlos?
Y de regreso miro el avance de la construcción de la Casa de las Artes. Me dicen que ya comenzará a funcionar para el próximo curso.
A pesar de estos avances urbanísticos, a mi entender la ciudad socialmente ha ido para atrás: es más vieja, ha perdido muchos de los más jóvenes, hay más inactivos, hay más desempleados. La ciudad se ha empobrecido. Muchas de las entradas de este blog han ido describiendo ese empobrecimiento social, humano, de la ciudad
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