viernes, 3 de abril de 2015

Conservar, preservar y reutilizar el Patrimonio Industrial

Allá por el mes de julio del 2001 enviaba a los periódicos de Cádiz el siguiente artículo. Lo he retocado lo mínimo imprescindible para actualizarlo. De nuevo lo someto al juicio de los lectores.
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Mujeres de la Fábrica de Tabacos de Cádiz
El Grupo Parlamentario Socialista en el Congreso presentó una proposición no de ley, en el mes de junio del 2001, en la que pedía un Inventario Estatal de Monumentos, Conjuntos, Sitios o Enseres del Patrimonio Industrial.
La Proposición de Ley decía así: “El Congreso de los Diputados insta al Gobierno para que, a través del Consejo Estatal del Patrimonio Histórico, en el que se integran las Comunidades Autónomas, proceda a la elaboración de un Inventario Estatal de Monumentos, Conjuntos, Sitios o Enseres del Patrimonio Industrial, donde quedarán incluidos los bienes más significativos de la época industrial y sobre los que -dado su valor histórico, cultural y social- interesa intervenir a fin de protegerlos, fomentando su conservación y su preservación, así como su reutilización mediante nuevos usos”. La Arqueología Industrial supone una reciente e innovadora disciplina en el ámbito europeo, que ha surgido como una necesidad histórica que pretende dar la respuesta adecuada al acelerado cambio tecnológico que, contradictoriamente, destruye con gran velocidad los testimonios de su desarrollo.
Se da cuenta de los trabajos que para la catalogación de obras de arqueología Industrial se ha llevado a cabo por el Centro de Estudios Históricos de Obras Públicas y por Consejerías de algunas comunidades autónomas así como a la reciente creación del Museo Nacional de la Ciencia y de la Técnica de Madrid, el Museo de la Ciencia y de la Técnica de Cataluña y el más reciente del Museo de las Ciencias de Valencia.
Por su parte la Unesco viene considerando a complejos industriales de siglos pasados como la línea de ferrocarril de Semmering (Austria) que data de 1850; los altos hornos de Volklingen (Alemania), la fábrica textil de Verla (Finlandia) o la cuenca industrial de Milán (Italia). Curiosamente, en España los dos únicos monumentos valorados como Patrimonio de la Humanidad son el Acueducto de Segovia y las Minas de Oro de las Médulas, de León. En la lista de espera permanecen hasta una decena de solicitudes entre las que se encuentran las colonias industriales de los ríos Cardener y Llobregat, la ruta mino-industrial de Castilla-La Mancha o unas canteras de Menorca”.
A raíz de esta Proposición no de Ley sobre la Arqueología Industrial envié a los medios de comunicación de Cádiz un artículo con unos interrogantes absolutamente pertinentes en y para la Bahía de Cádiz: ¡Cuánto patrimonio industrial se ha perdido en la Bahía de Cádiz cuando las industrias van transformándose utilizando nuevos sistemas de trabajo y nuevas herramientas o van desapareciendo. Valgan algunos ejemplos: la industria salinera,
Salinas de la Bahía de Cádiz
Astilleros, Tabacalera,…
 La recuperación de lo que fuera posible, su conservación y preservación y su reutilización mediante nuevos usos no sólo es posible, es un deber que se ha de cumplir y supone posibilidad de contar con un recurso económico de creación de valor y de empleo.
¿Estamos a tiempo aún de tomar conciencia y de valorar el enorme patrimonio industrial de la Bahía de Cádiz? Pongamos un ejemplo clarificador: Unos meses de este escrito y de la presentación de esa proposición no de ley del Grupo Parlamentario Socialista, la Fundación ¡Por el Futuro de la Bahía de Cádiz!, que yo había creado y que presidía, había elaborado un Proyecto de Jornadas sobre el Patrimonio Industrial de la Bahía de Cádiz. Con estas Jornadas se trataba de dar a conocer la existencia de este Patrimonio industrial en los Municipios de la Bahía, su valor, su estado de conservación, sus posibilidades de difusión, de uso y disfrute, sus posibilidades de creación de empleo y actividad, etc.
Las Jornadas girarían sobre los siguientes temas: El Patrimonio industrial; el Patrimonio industrial como nuevo yacimiento de empleo; el Patrimonio de la construcción naval de la Bahía de Cádiz; el Patrimonio salinero; el habla de Cádiz como patrimonio. Serían unas primeras jornadas con voluntad y propósito de continuarlas en años posteriores con el tratamiento de otros elementos de la arqueología industrial. En cuantas instituciones solicitamos ayuda, nos fue denegada.
Esto, sin embargo, a pesar de denotar una falta todavía de consideración y de valoración de este patrimonio, lo más lamentable son los elementos de patrimonio industrial que día a día se pierden a veces sólo para la ciudad porque se traslada a otros lugares a veces su pérdida es definitiva y nunca más ser recuperable.
Han transcurrido un puñado de años y la desidia por el patrimonio industrial de la Bahía de Cádiz sigue. Valga, sin embargo, como excepción que confirma la regla el Museo de Astilleros de Puerto Real


GREGORIO LÓPEZ MARTÍNEZ CADIZ 

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