Las 10 mejores películas de 2025

 Mi comentario: pueden ser para ti o no ser las 10 mejores películas de 2025. Por mi parte, siempre leo la información y las guardo. Y recurro al listado cuando no encuentro fácilmente otros títulos-

Hay otra alternativo: si tienes otros títulos mejore, ponlos en comentario.

Las 10 mejores películas de 2025

De ‘Sirat’ a ‘Una batalla tras otra’, los grandes títulos del año radiografiaron un presente brutal, mientras el cine español recogía una de sus mejores cosechas

Con todos sus defectos, el cine de 2025 ha tenido el mérito de mirar de frente al presente, con la tragedia convertida ya en disparatada farsa. Dos películas con una acogida muy distinta, Una batalla tras otra y Eddington, operan como parábolas de una sociedad estadounidense donde el choque entre bloques y el clima de persecución y paranoia se han vuelto rutina. En la primera, la mejor película de Paul Thomas Anderson en años, late una reflexión sobre la revuelta y sus riesgos, que recupera la figura de la acción directa setentera, pero trasladada a un país donde la retórica supremacista se ha normalizado y los líderes parecen rostros mal renderizados por una IA aún en pruebas. Anderson parte de Vineland, la novela que Thomas Pynchon publicó tras la reelección de Reagan, para insistir en la persistencia del fascismo bajo nuevas máscaras. Y lo hace en un momento en que hasta los grandes títulos de Hollywood, de Wicked: Parte 2 a Avatar: Fuego y ceniza, se pueden entender como parábolas de la tentación totalitaria.

Eddington, el desigual y temerario regreso de Ari Aster, comparte con Una batalla tras otra un tono casi satírico que roza el cinismo y que puede parecer fuera de lugar, hasta que caemos en que captura con precisión esa sensación de cómico aturdimiento ante todos los absurdos del presente, empezando por el clima político, que nos inmoviliza mientras el nuevo poder sigue avanzando. La película mezcla la pandemia, el MeToo y Black Lives Matter como materiales de un wéstern disparatado, brillante en su primera mitad y desbarrado en la segunda, pero del que nos seguimos acordando varios meses después. En su ambición de librar un diagnóstico social, coincide con otra película mal querida, Materialistas, de Celine Song, comedia romántica donde el amor aparece reducido a la transacción económica. Transcurre en una ciudad pesadillesca que huele a lujo y basura, donde los individuos parecen librados a sí mismos, a la deriva ante la elección caprichosa del algoritmo y la suerte de pertenecer a una u otra clase social. Será mala, pero ojalá todas las películas malas tuvieran tantas ideas como esta.

Al final de Una batalla tras otra y Eddington, se acaba imponiendo la muerte. En la primera, con el regreso de la violencia con mayúsculas, con métodos propios del siglo XX, en medio de una escalada salvaje de la que no quedan a salvo ni los moderados. Y en la segunda, a través de una matanza filmada con la gramática visual de los videojuegos, por la lógica del shoot ‘em up: las vidas son prescindibles y la muerte tiene lugar a tanta velocidad que no hay tiempo para respetar el duelo. Algo parecido plantea el tramo final de Sirat, de Oliver Laxe, donde varios personajes se esfuman sin ninguna épica, con una absoluta aleatoriedad, en la llanura de una duna que resultará ser un campo de minas. La película se sostiene sobre una lectura bíblica: ciegos que guían a otros ciegos a través del desierto, en una marcha sin fin donde la única familia posible es la escogida, un grupo de despojos humanos con los cuerpos mutilados. Sirat fue el milagro del año para el cine de autor español, con medio millón de espectadores (y otros 700.000 en Francia), en una de las mejores cosechas que se recuerden, en la que también sobresale la radicalidad plástica y política de una película distinta a todas las demás, Tardes de soledad, de Albert Serra.

Sobre este final de año se cierne otra amenaza, menos trágica pero también devastadora: la posible compra de un estudio histórico como Warner por Netflix, un movimiento que aceleraría lo que, desde el confinamiento, parece un final inevitable: la disolución del cine como experiencia colectiva y su conversión definitiva en entretenimiento doméstico. El dilema es corneliano: o el monopolio, si el gigante del streaming se sale con la suya, o la supuesta sombra de Trump detrás de la OPA hostil de Paramount. No ser o tampoco ser. Y, aun así, 2025 no se cierra sin una estrecha rendija de esperanza. En mitad de este paisaje atroz, dos películas desprendieron una luz tímida y tenue que, por contraste, nos pareció cegadora. Las dos plantean la posibilidad de encontrar un refugio en el arte e incluso de reconciliarnos hasta con los monstruos que nos engendraron: Valor sentimental y Romería. En este contexto, no pareció poca cosa. ÁLEX VICENTE

Las mejores películas de 2025 según los críticos de EL PAÍS

Una selección de Gregorio Belinchón, Jordi Costa, Elsa Fernández-Santos, Elisa McCausland, Javier Ocaña, Diego Salgado y Álex Vicente

Una batalla tras otra

Paul Thomas Anderson

Deslumbrante y gozosa, la nueva película de Paul Thomas Anderson es una inesperada vuelta de tuerca al cine político estadounidense que interpela al oscuro presente trumpista desde una energía bufa radical y contagiosa. Entre repulsivos y grotescos supremacistas blancos, en un Estados Unidos xenófobo convertido en un estado policial, emerge de las ruinas de la contracultura un viejo revolucionario en busca de su hija. El mejor Leonardo DiCaprio en años (¡Oscar, ya!) da vida a una especie de Gran Lebowski fronterizo y en la clandestinidad que encuentra en el amor a esa adolescente la redención de su oxidada y fatua militancia. ELSA FERNÁNDEZ-SANTOS

La luz que imaginamos

Payal Kapadia

Sensual, melancólica y nocturna, la belleza de la segunda película de la joven directora india Payal Kapdia nos acerca a la vida de una ciudad, Bombay, y a la amistad de tres mujeres en medio de su enjambre urbano. Se trata de un viaje tierno y sutil, al ritmo del piano de la célebre monja etíope Emahoy Tsege Mariam Gebru, en el que Kapadia confronta la soledad y el deseo de sus personajes con el misterio de la amistad femenina. En medio de la alienante vida contemporánea, queda lugar para la esperanza y el milagro a través de la luz de esas tres mujeres y su vínculo. E. F.-S.

Y además: Sirat, de Oliver Laxe; Tardes de soledad, de Albert Serra; Romería, de Carla Simón; Valor sentimental, de Joachim Trier; A la deriva, de Jia Zhang-ke; The Mastermind, de Kelly Reichardt; Banda sonora para un golpe de estado, de Johan Grimonprez, y A Real Pain, de Jesse Eisenberg.

Valor sentimental

Joachim Trier

Desde su debut con Reprise (2006), la ambición artística y el lado oscuro del creador han sido dos de los temas fundamentales del formidable cine del noruego Joachim Trier. Con Valor sentimental, superando incluso el impacto de su generacional La peor persona del mundo, recoge aspectos de Chéjov (al que se cita), Ibsen (su protagonista se llama Nora), Bergman y hasta Woody Allen, pero siendo siempre Trier. Con sus inimitables montajes emocionales en torno a la fisicidad de los objetos (aquí, una casa) y a la conmoción de los recuerdos. Y las memorables miradas entre Renate Reinsve y Stellan Skarsgård. JAVIER OCAÑA

Tardes de soledad

Albert Serra

Una película sobre el desamparo del toro, que va a morir, y la soledad del torero, que puede morir. Los animalistas encuentran argumentos para su odio a la tauromaquia, y los taurinos hallan los suyos en el valor emocional y artístico de lo que sucede en la plaza. Con el aficionado siempre fuera de campo, Tardes de soledad no es una obra acerca de la fiesta, sino una indagación en la fina línea que a veces separa lo sublime de lo ridículo, el arte de la barbarie. ¡Y cómo filma Serra! Qué temples con el sonido, el tempo de montaje y la mirada. Las respiraciones de toro y torero traspasan la pantalla. J. O.

Y además: The Brutalist, de Brady Corbett; Sirat, de Oliver Laxe; Los domingos, de Alauda Ruiz de Azua; A Complete Unknown, de James Mangold; Una batalla tras otra, de Paul Thomas Anderson; Caza de brujas, de Luca Guadagnino; Tardes de soledad, de Albert Serra; Una casa llena de dinamita, de Kathryn Bigelow, y Maria Callas, de Pablo Larraín.

Sirat

Oliver Laxe

La posibilidad de encontrar una tribu acogedora en el umbral del fin del mundo, cuando uno acaba de romperse completamente por dentro, brilla en el corazón humanista de este trabajo hipnótico, injustamente acusado de gratuita crueldad. Laxe hace una película que, tan coherente con su poética autoral como capaz de expandir su poder de seducción, es puro trance: a ratos aventura de piratas que, bajo la mirada fascinada de un nuevo Jim Hawkins, navegan sobre un mar de arena en busca de la próxima isla-rave; a ratos remake inconfeso de Carga maldita de William Friedkin con alma de western metafísico. JORDI COSTA

Y además: Una batalla tras otra, de Paul Thomas Anderson; Weapons, de Zach Cregger; Memorias de un caracol, de Adam Elliot; Romería, de Carla Simón; La luz que imaginamos, de Payal Kapadia; April, de Dea Kulumbegashvili; A la deriva, de Jia Zhang-ke; Ciudad sin sueño, de Guillermo Galoe, y The Brutalist, de Brady Corbett.

Un simple accidente

Jafar Panahi

La película más pavorosa de 2025 ha sido este drama del realizador iraní Jafar Panahi. Su plano final merece pasar a la historia del cine político por la contundencia con la que expone la diferencia moral insalvable entre opresores y oprimidos. Pero Un simple accidente no apuesta únicamente por el thriller: el secuestro de un posible torturador al servicio del gobierno iraní por parte de una de sus víctimas deriva también hacia la tragicomedia coral. Ello sirve a Panahi para elaborar el retrato de una ciudadanía iraní contemporánea tan ingenua como para creer que el poder está suavizando sus rasgos. La nueva condena a Panahi es la prueba de que esto no es así. ELISA MCCAUSLAND

Y además: Aro Berria, de Irati Gorostidi Agirretxe; Bridget Jones: Loca por él, de Michael Morris; Una casa llena de dinamita, de Kathryn Bigelow; Los domingos, de Alauda Ruiz de Azúa; Drácula, de Luc Besson; La hermanastra fea, de Emilie Blichfeldt; M3GAN 2.0, de Gerard Johnstone; Morlaix, de Jaime Rosales, y Valor sentimental, de Joachim Trier.

Los domingos

Alauda Ruiz de Azúa

Alauda Ruiz de Azúa se consolida como directora en este drama sobre una adolescente cuya vocación religiosa pone en jaque dos entornos igualmente hipócritas e intolerantes: el conservador y el progresista. La mirada atenta e intrigada de la directora hacia este personaje ajeno a lo mundano produce emoción y trascendencia, al tiempo que plantea incómodas preguntas sobre el valor de la fe frente a actitudes inconstantes y superficiales. Los domingos desmonta consensos de fachada, está concebida con extremo rigor e inteligencia, y suscita debate. Es una película viva. DIEGO SALGADO

Y además: Aro Berria, de Irati Gorostidi Agirretxe; Bridget Jones: Loca por él, de Michael Morris; Better Man, de Michael Gracey; Los domingos, de Alauda Ruiz de Azúa; Corazones rotos, de Gilles Lellouch; Eddington, de Ari Aster; Morlaix, de Jaime Rosales, 28 años después, de Danny Boyle, y Valor sentimental, de Joachim Trier.

Black Dog

Guan Hu

Quedan 50 días para los juegos olímpicos de Pekín de 2008, y ni el país ni el protagonista del filme saben hacia dónde van. El desierto que enmarca la historia ilustra tanto un paisaje en destrucción como la desilusión de sus habitantes, empezando por el joven que vuelve a un pueblo decrépito y polvoriento al terminar su condena de prisión por un asesinato: de actor famoso ha derivado en despojo derrotado moralmente (¿paralelismo con China?), al igual que su perro, un galgo negro que puede que tenga la rabia, y por ello a ambos les ronda la muerte. De bellísima fotografía hiperrealista, ‘Black Dog’ es una lección de hipnótica aspereza. GREGORIO BELINCHÓN

Una casa llena de dinamita

Kathryn Bigelow

En el cine de Kathryn Bigelow el ritmo es el cimiento de la narración. En ‘Una casa llena de dinamita’, que la historia se repita desde tres puntos de vista no elimina ni ese mandamiento ni la continua desazón del público, que asiste a un hecho probable: un misil nuclear lanzado por un enemigo desconocido amenaza con arrasar una gran urbe estadounidense. Y, por tanto, el presidente tiene que decidir el tamaño de su contraataque. Bigelow pasa en segundos de la panorámica a lo particular, de la estructura militar y política al corazón de un ser humano, sin que el espectador se pierda en este retrato de un apocalipsis verosímil. La directora se asoma brillante y brutalmente al abismo de la destrucción. Con un solo pero: esa banda sonora… G. B.

Y además: Los domingos, de Alauda Ruiz de Azúa; Valor sentimental, de Joachim Trier; Tardes de soledad, de Albert Serra; Un simple accidente, de Jafar Panahi; Una batalla tras otra, de Paul Thomas Anderson; Ciudad sin sueño, de Guillermo Galoe; El idioma universal, de Matthew Rankin, y Kontinental ‘25, de Radu Jude.

Romería

Carla Simón

Carla Simón relata la historia familiar de una huérfana, remedo de la suya propia, obligada a orientarse entre versiones contradictorias y verdades imposibles, mientras asiste al nacimiento de una mirada de cineasta que filma para entender lo que se le escapa. Brilla también el retrato, cargado de una deleitable mala leche, de esa familia gallega y de sus ridículos propios de la burguesía de provincias (por poner un único ejemplo entre muchos, la escena de la abuela viendo la boda real es antológica). Cuando todo parecía visto para sentencia, Simón rompe en el tercer acto con el naturalismo que definía su cine y alcanza una libertad insólita con una secuencia imaginaria donde se confunden reconstrucción y fantasía. Con Romería, que prolonga y supera la búsqueda emprendida en Alcarràs, confirma que llegará tan lejos como quiera. ÁLEX VICENTE

Y además: Valor sentimental, de Joachim Trier; Una batalla tras otra, de Paul Thomas Anderson; La luz que imaginamos, de Payal Kapadia; Black Dog, de Guan Hu; Tardes de soledad, de Albert Serra; Sirat, de Oliver Laxe; Misericordia, de Alain Guiraudie; A Real Pain, de Jesse Eisenberg, y La red fantasma, de Jonathan Millet.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Las 10 mejores películas de 2025

 Mi comentario: pueden ser para ti o no ser las 10 mejores películas de 2025. Por mi parte, siempre leo la información y las guardo. Y recur...