jueves, 30 de enero de 2014

La economía sumergida alcanza el 29,3% del PIB en la provincia

Los negocios irregulares, el contrabando y el fraude laboral mueven ya 5.800 millones de euros en Cádiz, la cifra se ha disparado en los últimos cinco años 
«Si quiere no le hago factura y así se ahorra el IVA». La propuesta tentadora que nos hace el mecánico, el fontanero o el instalador de la antena pasa al limbo de los servicios prestados que se formalizan con un recibo de papel fino y de los que Hacienda nunca tendrá constancia. Otra chapuza más que engorda la factura de la economía sumergida en Cádiz, estancando su crecimiento, pero manteniendo la paz social. Porque cuesta creer que una provincia con 200.000 parados no se eche en masa a la calle.
Las estimaciones para calcular la envergadura de estos negocios en b son poco menos que aventureras. Los analistas prueban diferentes fórmulas e incluso llegan a coincidir a la hora de elaborar sus informes. El último, que dio ayer a conocer el Sindicato de Técnicos de Hacienda Gesta señala que la riqueza sin declarar en la provincia alcanza ya el 29,3% del Producto Interior Bruto al cierre de 2012, ocho puntos más que hace cinco años. La elevadísima tasa se encuentra por encima de la media nacional, pero en la misma línea que en el resto de la comunidad. Y a pesar del nefasto dato, Cádiz no lidera esta nueva estadística del desastre, las hay que superan el 30% como Almería, Albacete o Lugo. También están las más 'pudorosas' como Madrid, Zaragoza o A Coruña, que apenas pasan del 20%.
Traducido en euros, la economía sumergida mueve en la provincia 5.800 millones, más de un cuarto de la riqueza total -que apenas superó los 20.000 millones en 2012, según la última actualización del Instituto Nacional de Estadísticas-. En ese generoso montante se encuentra la facturación de talleres y comercios irregulares, trabajadores no declarados, venta ambulante sin licencia y hasta el propio contrabando.
El informe de Gestha, dirigido por el profesor Jordi Sardà, de la Universidad Rovira i Virgili, pone la marca en 2009 para explicar la imparable escalada de la economía sumergida. Lo atribuye en gran medida al 'efecto arrastre' provocado por el 'boom' inmobiliario, ya que en los años previos se logró crear una gran dependencia de sector y que fue imposible de cortar por lo sano en los primeros momentos de la crisis. Fue justo en ese momento cuando las promociones inmobiliarias iban quedando desiertas o eran abandonadas sin terminar y se hundía la riqueza de la provincia. El PIB llegó a bajar de los 21.000 millones, situándose a niveles de principios del 2000. El volumen de dinero negro creció en cuatro puntos ese año hasta alcanzar el 25%.
Principales focos
El contrabando de tabaco es otra de las actividades estrella de la economía sumergida y en Cádiz toma especial importancia por el elevado volumen que mueve. Precisamente, las autoridades han establecido mayores controles para intentar atajarlo. El fraude laboral también se ha disparado con el aumento del desempleo, así como la proliferación de negocios ilegales relacionados con las reparaciones mecánicas. La Confederación de Empresarios calcula podrían operar en torno a 200 en toda la provincia que ejercen una fuerte competencia desleal.
Los técnicos de Hacienda resaltaron la necesidad de dotar de más medios a la Agencia Tributaria, emprender campañas de concienciación de sobrada efectividad como las emprendidas por Tráfico para reducir los accidentes. También abogan por dotar de más independencia a los profesionales que manejan declaraciones «sospechosas» para hacer aflorar desviaciones e incluso delitos contra el fisco «contra los que no se puede hacer nada» ya que la ley impide que los funcionarios actúen.
(Publicado en La Voz de Cádiz)

No hay comentarios:

Publicar un comentario