miércoles, 23 de noviembre de 2011

¿Por qué no quieren reformar la Ley Electoral?

En lainformacion.com, se dibuja la imagen de cómo hubiera quedado el constituido el Parlamento con sólo una circunscripción nacional. Es la imagen que aquí también se reproduce. Y a continuación da cuenta de cinco razones por las que los partidos mayoritarios: PP y PSOE se niegan a reformar la ley electoral. Son éstas:
- Hay que reformar la Constitución. Es la Carta Magna la que recoge que el sistema electoral se basa en circunscripciones (que se corresponden con las 52 provincias). Cambiar este punto, supondría abrir el melón de la Constitución. Y si se abre, hay cuestiones muy sensibles como la sucesión en la Corona que también deberían ser abordadas. 

Éste ha sido uno de los principales argumentos a los que se han acogido los grandes partidos para rechazar cualquier cambio en el sistema de representación. Defienden que sería un proceso largo y costoso que requeriría el consenso de todas las fuerzas políticas. 

Pero quienes reclaman la reforma de la Ley Electoral, recuerdan que PP y PSOE sí se pusieron de acuerdo en un breve espacio de tiempo para cambiar la Carta Magna para que recogiera el límite de déficit. Estos partidos defienden que esta reforma no afecta a ningún derecho fundamental. 

- Se acaba de reformar la Ley Electoral. El pasado mes de enero, el Congreso de los Diputados aprobaba una reforma de la Ley Electoral que introducía varios cambios: más para que Batasuna o cualquier partido ilegalizado pueda estar en unas elecciones, limitar la propaganda electoral a los 15 días de campaña o reducir un 15% el gasto electoral, son algunos de esos cambios. Pero en esta reforma no se tocó ni una coma del actual sistema de representación. 

A principios del año pasado la subcomisión parlamentaria creada en 2008 para estudiar la reforma de la Ley Electoral decidió no hacerlo

- Los grandes partidos no quieren. Y decidió no hacerlo por la oposición de PP y PSOE, los dos grandes partidos y los dos grandes beneficiados por el sistema actual. Si no existera una representación basada en circunscripciones, el pasado domingo el PP habría obtenido 60 diputados menos, lo que supondría perder la mayoría absoluta. 

En 2010 aún no existía el clamor que luego nació en las calles a favor de esta reforma que impulsó el Movimiento 15 M. PP y PSOE alegaron que la reforma no era una prioridad, ya que implica abrir el melón de la Constitución. Y voces como la de Gaspar Llamazares(IU) o Rosa Díez (UPyD) se quedaron solas. Después, a partir de mayo la mayoría de los partidos políticos se sumaron al carro de hacer propuestas que conectaran con el 15M. Se volvió a hablar de la necesidad de reformar la Ley Electoral y de hecho el candidato socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, se comprometió a abordarla si llegaba a La Moncloa. 

- Con una mayoría absoluta, misión imposible. Aunque IU y UPyD tendrán mucha más fuerza en el próximo Congreso (ambos han quintuplicado su representación), todo indica a que no será suficiente para contrarrestar la mayoría absoluta del PP. Solo el clamor social podría influir para que la clase política aborde esta reforma. 

En los últimos meses se ha llevado a cabo varias iniciativas populares para ello, como la que promueve la plataforma Actuable para recoger firmas a favor de esta reformas

- Los nacionalistas tampoco. PP y PSOE no son los únicos culpables de que la subcomisión parlamentaria encargada de estudiar la reforma de la Ley Electoral rechazó abordar cambios en el sistema de representación. Los partidos nacionalistas - CiU, PNV, Coalición Canaria o BNG- les apoyaron en este punto. 
Y eso que los nacionalistas no serían los grandes perjudicados si, por ejemplo, se sustituye por un sistema basado en 'un ciudadano, un voto'. Por ejemplo, CiU tan sólo perdería un diputado y PNV se quedaría con los cinco escaños que consiguió el domingo.

- El informe del Consejo de Estado duerme el sueño de los justos. En 2009 el máximo órgano consultivo del Gobierno daba a conocer una serie de propuestas para reformar un sistema electoral que consideraba "desproporcional". En concreto, proponía tres cambios: aumentar el número de diputados de los 350 actuales a 400, reducir la representación mínima de cada provincia a un diputado en la actualidad son dos y sustituir la ley DHondt por otro sistema más proporcional -el método Hare- para calcular la atribución de escaños. 

Este informe fue en el que se basó la subcomisión del Congreso para abordar la reforma de la Ley Electoral. Pero finalmente, PP, PSOE y los partidos nacionalistas optaron por hacer caso omiso de estas recomendaciones y no cambiar nada.



Nota: Yo añado: sólo la presión popular, fuerte y continuada, obligará a los partidos a revisar la ley electoral si es que no quieren antes hundir el sistema democrático.

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