Las elecciones del 20-N han dejado claro que para una gran generación política de socialistas ha llegado el momento de dar un paso atrás. Me refiero al grupo de políticos que ganó las elecciones generales de 1982, con Felipe González, con 202 escaños, y que perdió en 2011, con Alfredo Pérez Rubalcaba, con 110 diputados.
Esta es, sin duda, la mejor generación de políticos en la historia reciente de España y la que más ha influido en la profundización de la democracia y en la extensión de derechos civiles y sociales en nuestro país. Creo, sin embargo, que sigue siendo el momento político de la generación de José Luis Rodríguez Zapatero, que también ha profundizado en la transformación social y democrática de nuestro país pero que se ha inmolado, junto con su Gobierno, en la gestión de la crisis económica más importante desde la del año 29 del siglo pasado. Por tanto, el candidato a dirigir el PSOE tiene que ser de la generación de Zapatero y ser diputado o diputada en el Congreso. No sería bueno que el futuro secretario general y líder del partido socialista diera la réplica al Gobierno del Partido Popular fuera del Congreso de los Diputados.
Otros de los retos que tienen las personas que lideren al partido socialista en los próximos tiempos es la profundización en la democracia interna. Tiene que haber más debates a todos los niveles, empezando por las propias Agrupaciones del partido, para que las bases se sientan corresponsables de la política que realizan los socialistas, tanto dentro del partido como en su traslación a la sociedad. El PSOE tiene que fortalecerse organizativamente, tiene que tener más “músculo” interno. Es un partido de gobierno que, de momento, tiene un suelo de casi siete millones de votantes, y pocos militantes y éstos, a veces, enfrentados en luchas sectarias y de reparto del escaso poder que se tiene en la oposición. Por lo tanto, el PSOE tiene que hacer más partido, más organización, más participación de sus militantes, limitar la duración de los mandatos de sus líderes en toda la estructura del partido y abrirse más a la sociedad. Las Comisiones Ejecutivas del PSOE tienen que tener más peso político en todos los ámbitos del partido. No se puede volver a repetir el espectáculo que ha dado la Comisión Ejecutiva Federal que no ha sabido defender con decisión las políticas del Ejecutivo, ya sea por su bajo perfil político o porque no haya estado en la toma de decisiones. Hay que pasar de un partido de corte presidencialista a una organización fuerte, numerosa y representativa de todos sus afiliados y simpatizantes.
El partido socialista debe modificar estatutariamente el proceso de elecciones primarias para elegir a sus candidatos y abrir este método a la sociedad en general, y a los votantes y simpatizantes en particular. Es decir, y para ser más explícito, sería positivo que los socialistas eligieran a sus candidatos - ya sea para los Ayuntamientos, Comunidades Autónomas o Presidencia del Gobierno-, como lo han hecho los socialistas franceses en la elección de su candidato para la presidencia de la República Francesa. En las primarias de los socialistas del país vecino ha habido mucho debate y la participación de casi tres millones de franceses en la toma de decisión.
Otra tarea imprescindible que tiene el PSOE, si quiere volver a ser el referente de la izquierda en este país, es la de estar en contacto con la realidad de la calle. Los socialistas tienen que escuchar, participar y hacer suyas algunas propuestas que se realizan en los debates que se están produciendo en la sociedad española. Una nueva la Ley Electoral, la dación en pago o el cambio en las relaciones del Iglesia- Estado, por poner tres ejemplos, son demandas muy sentidas por la izquierda plural y que han tenido escaso o nulo reflejo en el programa electoral presentado por los socialistas en estas elecciones generales.
Quiero terminar estas líneas con un mensaje dedicado a las casi siete millones de personas que votaron al partido socialista en las elecciones generales del pasado día 20 de noviembre y, en particular, a los militantes del PSOE. Es el comienzo del poema de Mario Benedetti que lleva por título “No te rindas”:
Esta es, sin duda, la mejor generación de políticos en la historia reciente de España y la que más ha influido en la profundización de la democracia y en la extensión de derechos civiles y sociales en nuestro país. Creo, sin embargo, que sigue siendo el momento político de la generación de José Luis Rodríguez Zapatero, que también ha profundizado en la transformación social y democrática de nuestro país pero que se ha inmolado, junto con su Gobierno, en la gestión de la crisis económica más importante desde la del año 29 del siglo pasado. Por tanto, el candidato a dirigir el PSOE tiene que ser de la generación de Zapatero y ser diputado o diputada en el Congreso. No sería bueno que el futuro secretario general y líder del partido socialista diera la réplica al Gobierno del Partido Popular fuera del Congreso de los Diputados.
“No te rindas, aún estas a tiempo
de alcanzar y comenzar de nuevo,
aceptar tus sombras,
enterrar tus miedos, liberar el lastre
retomar el vuelo”.
(Publicado en Diario Progresista por Mariano Rivero)
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