jueves, 14 de julio de 2011

Cádiz, Patrimonio de la Humanidad

(Este artículo de opinión ha sido escrito por SOLEDAD PORRAS CASTRO / PROFESORA DE LA UNIVERSIDAD DE VALLADOLID y publicado en Diario de Cádiz)



COMO es bien sabido, Cádiz es la ciudad más antigua de Occidente, cuenta con más de tres mil años de historia. Tartessos, romanos y fenicios ocuparon estas tierras y levantaron la antigua Gadir. Romanos y visigodos dejaron su huella y a 
partir del año 711 fue territorio musulmán hasta que Alfonso X El Sabio la reconquistó en la segunda mitad del siglo XIII incorporándola al Reino de Castilla. Desde esta provincia se contribuyó notablemente al descubrimiento y colonización de América durante el siglo XV. 

Cristóbal Colón y otros conquistadores utilizaron sus puertos como punto de partida hacia el Nuevo Continente. Desde Sanlúcar de Barrameda en la desembocadura del Guadalquivir y siguiendo los doscientos sesenta kilómetros de sus costas, se encuentran playas de finísima arena dorada. Esta ruta está llena de sorpresas paisajísticas en las que se configuran tierra, mar y antiguas fortalezas, e incluso restos de antiguas civilizaciones como las ruinas romanas de Baelo Claudia, cerca de Tarifa, en la Punta de Europa, donde se encuentran los dos mares, Atlántico y Mediterráneo. 

La visión pintoresca y original de la provincia gaditana la ofrecen sus llamados pueblos blancos, en donde se mezclan la arquitectura típica con sus encaladas casas, sus castillos e iglesias de época medieval. 

En el siglo XVIII, época de oro de Cádiz se monopoliza el comercio de ultramar, lo que le imprime un carácter cosmopolita, penetrando nuevas ideas que dieron lugar a la apertura liberal y democrática recogida en la Constitución de 1812. 

La provincia posee una gran variedad de espacios naturales de excepcional riqueza ecológica y diversidad de recursos propios. Son cinco los parques nacionales que se insertan en Cádiz: Doñana, los Alcornocales, Barbate, Sierra de Grazalema con los famosos pinsapos, una variedad de abeto exclusiva de la Europa Occidental. Los Alcornocales constituyen un espacio natural de los más importantes del planeta. Las Marismas de Doñana y Barbate con sus célebres dunas, salinas y pinares. Gades era considerada por griegos y romanos como el límite occidental de la Tierra. Las costas de Gades fueron famosas por la pesca del atún y la producción de una salsa muy apreciada llamada Garum. Se capturaba el atún que pasaba todos los años por Cádiz hacia el Mediterráneo donde desovaban, para después regresar el Atlántico. Se capturaban mediante unas redes finas llamas almadrabas. 

Rafael Alberti ha cantado como nadie la belleza de Cádiz, Gadir para los fenicios, Gadeirapara los griegos, Gades para los romanos, Cádiz para árabes y españoles. 

En el año 1100 antes de Cristo, llegaron a Cádiz naves de Tiro. Platón sitúa la capital de su Atlántida en las dunas del Guadalquivir, los griegos fundaron El Puerto de Santa María. Alberti canta con nostalgia a Cádiz: "Quiero volver a los años de mi infancia junto al mar de Cádiz, airándome la frente con las ondas de los pinares ribereños sintiendo cómo el buque de los años con la brújula rota está varada. Nací a la sombra de las barcas de la Bahía de Cádiz, cuando las gentes campesinas de toda Andalucía se agitaban, hambrientas. Los primeros blancos que aclararon mis ojos fueron la sal de las salinas, las velas y las alas tendidas de las gaviotas. En los zapatos de mi infancia duerme la arena ardiente de las dunas. Paisajes salineros, hueros y vergeles floridos". 

Cádiz ha conservado su fisonomía hasta nuestros días, aún percibimos en ella una impronta profunda de las civilizaciones que allí se desarrollaron. En ella vemos los principales elementos de su estructura urbana, sus laberínticas y estrechas calles, sus casas, blancas ventanas enrejadas y sus patios con galerías, todo ello queda grabado en la mente del viajero. La Alameda es un lugar grato para pescar y disfrutar de la típica atmósfera gaditana. Las casas allí ubicadas con miradores y azoteas no son ni muy altas ni muy grandes. La cal contribuye a darles un aspecto de limpieza y obra recién terminada. 

Vegetación de tipo africano y exótico: chumbera, pita, palmera, adelfa e higuera. Al descubrir Cádiz sentimos una melancolía deslumbrante. Acogedor entorno marítimo, rincones de gaditana calma, una puesta de sol en la Caleta, en Bajamar, es la culminación del deseo de belleza del más exigente de sus visitantes. Cádiz la capital con más horas de sol de España se enorgullece de su luz, de sus mujeres y guarda en cada uno de sus rincones una sorpresa. 

Barrios de recio carácter que ofrecen al viajero serenidad. Cielo azul, visión de una mujer en la ventana, profusión de olores: naranjos cargados de fruto, azahar, palmeras, paz venerable que hacen que en Cádiz guste vivir. Cádiz tiene el sabor de Acre, la posición de Bizancio y la belleza de Gallipolis. Para nosotros Cádiz se describe con lápiz blanco sobre papel azul y es que Cádiz es un soplo de Dios. 

Esta ciudad el año 1812 se convirtió en la cuna de la liberta elaborando una Constitución de la que ahora se celebrará los dos siglos. Por todo se merece ser declarada Patrimonio de la Humanidad.
--------
(El autor de este blog promovió y dirigió la FUNDACIÓN ¡POR EL FUTURO DE LA BAHÍA DE CADÍZ! cuyo principal objetivo y trabajo fue promover la candidatura para la declaración de Cádiz como Patrimonio de la Humanidad como puede comprobarse por las innumerables entradas puestas en este blog)

No hay comentarios:

Publicar un comentario