miércoles, 12 de mayo de 2010

Vuelve el tranvía. Prejuicios y falsos mitos.

Cualquier ciudad que haya planteado la implantación de un tranvía se ha encontrado con un intenso debate ciudadano sobre su utilidad, coste y viabilidad. Y casi siempre con opiniones muy enfrentadas, puesto que a diferencia de otros medios, el tranvía está cargado de prejuicios y falsos mitos desde que reapareció.

Es lo que está pasando en nuestra provincia y particularmente en la Bahía de Cádiz: en Cádiz, en Jerez, en San Fernando, en Chiclana, ...

Estos son los falsos mitos creados en torno al tranvía:

El tranvía es un medio de transporte eficiente, ecológico, rápido y de alta capacidad. Cada vez somos más los que abogamos por su vuelta a las calles de Madrid, al igual que han vuelto a Barcelona o Parla. Sin embargo, el tranvía está rodeado de incomprensibles tópicos y una mala imagen que no se fundamenta.
Por eso hemos elegido este medio de transporte para empezar nuestra nueva serie, en la que trataremos de desterrar los falsos mitos que existen acerca de la movilidad sostenible.


1. El tranvía es algo del pasado: Es cierto que el tranvía se inventó hace mucho, pero eso no hace que sea viejo. Puede que tengas en mente las fotos en blanco y negro de los tranvías de la postguerra, pero las cosas han cambiado mucho. Los nuevos tranvías son modernos, bastante bonitos, de piso bajo y con una estética muy similar a la de un moderno tren de metro. El Metro de Madrid cumplió en 2009 sus 90 años, ¿también es algo viejo? ¿lo cerramos? Por no hablar de los automóviles, con más de 150 años de historia…
2. Perjudica la fluidez del tráfico: La cuestión está mal planteada: en realidad, son los coches los que perjudican al transporte de superficie y no al revés. El transporte público es el más ecológico y solidario, ya que beneficia incluso a quienes no lo utilizan (menor contaminación, menor ocupación de espacio público…): por lo tanto, está claro a cuál hay que dar prioridad.Un tranvía puede transportar el equivalente a 174 coches en mucho menos espacio: no me dirás que eso no mejora el aspecto de una calle. Además, hace la ciudad más habitable. Por toda Europa encontrarás zonas en las que peatones y tranvías conviven tranquilamente. Incluso aquí cerca tenemos un ejemplo: Parla, cuya importante calle Real se peatonalizó para crear el tranvía y es un ejemplo de mejora de la zona.
3. En las grandes ciudades ya no hay tranvías: Londres, París, Milán, Roma, Amsterdam, Bruselas, Estocolmo, Francfort, Viena… y un centenar más, tienen tranvías. Y en España ya lo disfrutan otras como Barcelona, Valencia, Sevilla o Bilbao.
4. El tranvía es poco ecológico: ¡Al contrario! El tranvía es el medio colectivo que menos energía consume, y además es eléctrica, que puede obtenerse de fuentes limpias. Sin embargo, la gasolina que utilizan los coches sólo puede obtenerse del petróleo. La idea de que hay que cortar árboles para establecer un tranvía, como sostiene el alcalde de Madrid, no es cierta: ¿hay que cortarlos para crear un carril bus? ¿y para crear un carril bici? ¿y uno de coches? Todo dependerá de la estructura de la calle. Aun si en un caso extremo hubiera que cortarlos, el CO2 que se deja de emitir gracias al tranvía es mucho mayor que el que absorben los árboles que se hubiesen tenido que cortar.
5. El tranvía no es necesario, ya tenemos metro y autobús: El sistema de transportes debe contar con diferentes medios. Cada uno juega su papel, e intentar reemplazar uno por otro hace que funcione mal. El tranvía es un medio de proximidad, de mayor capacidad que el autobús, pero menor que el metro. Es ideal para grandes ejes, como por ejemplo la Castellana, Prado-Recoletos…
6. Un trolebús sería mejor que un tranvía: Un trolebús puede ser, en todo caso, una alternativa al autobús (ya que no es más que uno con motor eléctrico), pero en todos los aspectos en los que el tranvía gana al autobús también lo hace al trolebús: capacidad, eficiencia, accesibilidad, velocidad… Además, el tranvía tiene plataforma reservada en todo el recorrido y no puede salirse de ella, lo que hace que sus ocupaciones por parte de los coches sean mínimas. Sin embargo, ¿cuántas veces hemos visto a gente incívica aparcar en el carril bus porque saben que el autobús puede continuar su marcha por otro lado?
7. El tranvía provoca accidentes: Al contrario: el tranvía es el medio más seguro. Es tres veces más seguro que un autobús, treinta veces más que un coche y cien veces más que una moto, según datos de la UITP. Además, el tranvía es un sistema guiado: no puede salirse de la vía. Por ello, la inmensa mayoría de los accidentes entre coches y tranvías son culpa de los primeros, que han invadido las vías cuando saltándose un semáforo o una señal. De la misma manera, también es más seguro para los peatones: sabes perfectamente por dónde va a pasar, sólo tienes que apartarte cuando lo haga, a diferencia de una calle por la que pueden pasar coches a gran velocidad por cualquier lado. Además, el diseño frontal del tranvía aparta los obstáculos de su camino, echándolos a los lados. Los coches pasan sobre ellos, causando atropellos.
Gracias a sus paradas en superficie y su piso bajo, el tranvía es uno de los medios más accesibles para personas con movilidad reducida o bicicletas
8. Es ruidoso: Los tranvías no son ruidosos. Al contrario, hacen que las calles sean más silenciosas al provocar que la gente deje de usar sus coches (más ruidosos) y comiencen a viajar en tranvía. Y por supuesto, un tranvía hace menos ruido que un coche. Y eso que, en capacidad, equivale a muchos.
9. Es incómodo: El tranvía es tan cómodo como un tren de metro, o incluso más: tienen piso bajo, sus paradas están en la propia calle sin necesidad de bajar escaleras, permiten ver la ciudad a través de sus enormes ventanas y su tracción eléctrica, más suave, evita los traqueteos propios de otros medios de transporte. Además, es mucho más accesible, algo que agradecen las personas con problemas de movilidad o que llevan bicicletas.
10. Es demasiado silencioso: Que exista esta queja es una prueba de que la anterior es falsa. Es cierto que el tranvía apenas hace ruido, pero eso no es algo malo. No podemos defender un modelo de ciudad en el que los vehículos deban advertirse unos a otros a golpe de bocina. Si se hace caso al código de circulación no habrá incidentes. En todo caso, el tranvía tiene un aviso con un sonido de campanillas bastante más agradable que el de un claxon de coche.
11. Es mejor reforzar la red de autobuses que construir tranvías: En muchas ocasiones, los autobuses están al límite de su capacidad. Todos hemos visto ejes, como el de Catellana-Prado-Recoletos en los que hay colas de autobuses entorpeciéndose unos a otros, provocando una velocidad muy lenta y poca calidad en el servicio. Un tranvía tiene la capacidad de tres autobuses (e incluso de seis, si viaja en doble composición), ganando en comodidad y velocidad.
12. Si se estropea un tranvía, se corta todo el servicio: Para comenzar, un tranvía es mucho más fiable que un autobús, por ejemplo. En todo caso, si se estropease, la unidad puede ser remolcada hasta las cocheras por la que venga detras, empujándola, sin necesidad de cortar la línea. Mucho más complicado es sacar un autobús estropeado de un carril bus con barreras, por ejemplo.
13. La gente no quiere tranvías: El tranvía, como hemos dicho al principio, va precedido de una injusta mala fama. Sin embargo, en las ciudades en las que se ha establecido en los últimos años (como Parla o Barcelona) los recelos del principio han dejado paso a una gran satisfacción entre la gente, siendo uno de los medios más valorados y utilizados (sobrepasando las previsiones). Se han solicitado ampliaciones de su recorrido y ya se han convertido en iconos de la ciudad, para orgullo de sus vecinos.
14. La catenaria contamina visualmente: Cuando hablamos de catenaria, no hay que imaginarse una como la de los trenes o el metro. Los tranvías toman su energía de un cable por encima de ellos, que resulta mucho menos visible que otros elementos de las calles (por ejemplo, los coches que serán reducidos con la puesta en marcha del tranvía), y cuyos postes pueden compartirse con semáforos o farolas. En todo caso, para entornos históricos muchos tranvías cuentan con tramos sin hilo, alimentándose a través de las vías (de forma totalmente segura) o con baterías.
Gran parte de estos falsos mitos y su contra argumentación han sido elaborados tomando como base los Cuadernos Cívicos del diario La Vanguardia.

Recientemente TVE ha emitido un reportaje donde se pone de manifiesto la introducción de este nuevo medio de transporte en diez ciudades de España, recordando como eran los tranvías antiguos y explicando sus funciones en el transporte de hoy.
Este es el Tranvía Metropolitano de la Bahía de Cádiz que también ha de circunvalar el casco histórico de Cádiz


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