miércoles, 7 de abril de 2010

Ahorro en el alumbrado público

En estos tiempos de crisis en los que ciudadanos y familias nos tenemos que "apretar el cinturón" para llegar a final de mes, los buenos gestores municipales, en vez de mirar hacia las Administraciones "de arriba" en demanda de más ingresos, deberían revisar sus gastos y, además de suprimir de un brochazo los inútiles y superfluos, deberína dedicarse a recortar aquellos otros que son necesarios pero están mal gestionados.

Nos hemos referido ya a algunos de ellos con especial relevancia en Cádiz. Entre otros, el alumbrado público.

El alumbrado público supone entre el 40% y el 70% de la factura eléctrica de los ayuntamientos. Este derroche de energía se traduce en una mayor contaminación lumínica y mayores emisiones de CO₂.

¿Es posible disfrutar de una iluminación más inteligente? Ese es precisamente el objetivo que persigue el proyecto SIIUR, desarrollado por Endesa junto a una docena de empresas y organismos representativos como el Ayuntamiento de Barcelona y el ICAEN (Institut Català d'Energia). Gracias a SIIUR, las farolas del Distrito 22@ de Barcelona autorregulan su encendido e intensidad de la luz en función de la hora del día o el número de peatones.

Esto ha sido posible mediante el despliegue de 12 farolas dotadas de sensores de movimiento por infrarrojos, que detectan el número de peatones en sus proximidades. Por si no fuera poco, las farolas disponen también de sensores de temperatura, humedad, vibración e, incluso, de contaminación, tanto acústica como de CO₂.

Toda la información recogida se transmite en tiempo real a un servidor central a través de señales inalámbricas, muy parecidas al Wi-Fi del que disfrutamos en los hogares para acceder a Internet. La tecnología WiFi Mesh -que así se denomina-, transmite información de manera inmediata, aprovechando todos los dispositivos WiFi ya instalados, con lo que se reducen considerablemente los costes de transmisión.

Además para que la luz esté correctamente dirigida, no se han usado lámparas tradicionales, sino LEDs (diodos de emisión de luz, por sus siglas en inglés), que permiten dirigir con precisión y uniformidad el halo de luz.

A esta reducción de la contaminación lumínica se suma la durabilidad, unas 17 veces superior a la de las lámparas incandescentes tradicionales, con la ventaja añadida de que al final de su vida, tan sólo se habrá reducido en un 30% la luz generada inicialmente. No hay que olvidar que este tipo de ‘bombillas' requiere menor voltaje y consumo y, por tanto, supone en sí un ahorro muy significativo de energía.

Además, en función del entorno a iluminar, los LEDs -reciclables 100%- ofrecen todas las tonalidades de blanco y el resto de colores, por lo que las personas pueden disfrutar de un mayor confort visual.

SIIUR también tiene previsto la instalación de un módulo de gestión de basura a implantar en algunos contenedores, con el fin de optimizar las rutas de recogida, aprovechando de esta forma mucho mejor los recursos.

¡La ciudad inteligente está a la vuelta de la esquina!

NOTA: Imagen del autor del blog

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