domingo, 27 de septiembre de 2009

DERROCHE en el ALUMBRADO PÚBLICO


Sobre las ocho de la mañana camino todos los días desde mi domicilio, en el Cádiz exterior, al trabajo en la Plaza de San Antonio y ya me he dado cuenta de que a esas horas sigue encendido el alumbrado público a pesar de que ya hay suficiente iluminación natural. Y me hago constantemente la pertinente pregunta: ¿Cuánto se podría ahorrar el contribuyente gaditano si se ajustase mejor el alumbrado público apagándolo antes, cuando fuera absolutamente necesario, y encendiéndolo después, cuando fuera imprescindible?

En éstas estoy cuando me encuentro el siguiente informe en CONSUMER EROSKI:
"España gasta 450 millones de euros en alumbrado público, casi el doble que Alemania"
El consumo energético de la iluminación pública en España es casi el doble del valor que el Ministerio de Industria estimaba hasta ahora. Es una de las principales conclusiones de un estudio realizado por investigadores del departamento de Astrofísica de la Universidad Complutense de Madrid. Uno de sus responsables, Alejandro Sánchez (Madrid, 1979) ofrece datos elocuentes sobre el despilfarro energético del alumbrado público y su contaminación lumínica: en España se utilizan 116 kilovatios/hora (Kwh) por habitante mientras que en Alemania, con casi el doble de población, se consumen 48 Kwh. Sánchez, miembro de la Asociación contra la Contaminación Lumínica "Cel Fosc", asegura que con medidas sencillas se podría ahorrar mucha energía y reducir su impacto económico y medioambiental.

El Ministerio de Industria
ha publicado hace poco los resultados sobre consumo de iluminación pública en España. Los datos, que reflejan un salto muy superior a años pasados, coinciden con su estudio.

( ... )

El estudio demuestra que ninguna provincia española cumple el Plan de Acción 2008-2012 de la Estrategia de Ahorro y Eficiencia Energética en España. Y son unos datos que se mandan a la Unión Europea (UE). Cuando se envíen las cifras corregidas, seguro que no les parecerán bien.



En mi otro cuaderno ya escribía sobre Gastar menos en alumbrado público. El derroche en lo innecesario en lo público siempre me ha preocupado porque lo que revela y por las consecuencias que produce: el contribuyente se convierte, sin comerlo ni beberlo, en pagador de los platos rotos por otros.

Estamos en tiempo de debate sobre los Presupuestos para el próximo año y que afectarán a la Adminsitración General del Estado, a las Comunidades Autónomas y a los Ayuntamientos. Todos los responsables de estas Administraciones han comenzado a lanzar sus quejas porque no dispondrán los recursos que estiman necesarios para atender los servicios que prestan.

Sin embargo, la otra cara del asunto es: ¿serán audaces los responsables políticos para recortar gastos innecesarios, superfluos, abusivos?

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