No, este no es, exactamente, un libro de Historia. Es, más bien, un libro que trata de explicar hechos históricos recientes, mediante una narración directa y amena.
Hay muchos libros sobre Franco. Hay, también, muchos libros sobre ETA. Pero existen pocos, quizá ninguno, que los una en pareja. No en pareja deseada, pero si en pareja de hecho, unida por un elemento común, el terror.
50 años después de la muerte de Franco y, a consecuencia de ello, del inicio de la larga transición política, Franco-ETA, la extraña pareja, nos ayuda a entender mejor en qué consistió aquella dictadura, y en qué la respuesta violenta de una organización terrorista.
Explica, con amenidad, los tiempos de la dictadura y los de la transición política desde la dictadura a la democracia. Un libro de fácil lectura que nos adentra en un periodo histórico que, todavía hoy, es objeto de desinformación y controversia, y que sirve para conocer mejor aquellos tiempos convulsos cuyos ecos resuenan en la actualidad. Y lo hace mediante el relato de pequeñas y grandes historias, que se van entrelazando, y que nos ayudan a comprender cruciales momentos históricos que, aunque parecen lejanos, siguen teniendo incidencia en nuestra vida actual.
Recién iniciada la Guerra Civil, el general Emilio Mola, el organizador del golpe de Estado contra la II República Española, que se convirtió en una larga y destructiva guerra ganada por el general Franco, aseguró: “Hay que sembrar el terror”. El propio Mola, añadió algo terrible: “Yo veo a mi padre en las filas contrarias, y lo fusilo”.
Esa adecuada utilización del terror, permitió a Francisco Franco mantener durante decenios su dictadura. Pero, como si se tratara de una burla histórica, el terror contrario, nacido bajo la dictadura, el terror de ETA, acabó con la vida de su proclamado sucesor, el almirante Luis Carrero Blanco y trastocó los planes del dictador.
En sus primeros tiempos, en ETA se integraron muchos hijos de combatientes franquistas. Esos franquistas de primera hora, combatientes vascos que lucharon junto a Franco para imponer una dictadura basada en valores conservadores y cristianos, vieron como, tiempo después, algunos de sus hijos tomaban el camino contrario y se enrolaban en una organización que utilizó el terror para tratar de lograr sus objetivos, totalmente contrarios a los que movieron a sus padres a la lucha. Utilizaron el terror contra lo que habían defendido sus padres. Aquella siembra del terror que proclamara Mola, terminó germinando contra el franquismo, y convirtió a Franco y a ETA en una extraña pareja.
A pesar de la muerte del dictador, el terrorismo de ETA siguió provocando muerte y destrucción. Durante la dictadura de Franco, ETA materializó el 5% de sus asesinatos, el resto lo fueron durante la transición y la democracia.
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