El 4 de diciembre de 1977 se inicia en Andalucía una ola blanquiverde que no cesaría hasta alcanzar la orilla de la autonomía plena. Una autonomía que el pueblo andaluz recuperó a lomos de su voluntad, bajo la luz iluminadora de Blas Infante -un Padre de la Patria andaluza entonces desconocido- y por el deseo de despertar de 40 años de oscuridad y ostracismo. Hoy, 48 años después, repasamos un relato heroico e histórico y que cambiaría, hasta nuestros días, la historia de nuestro país.

Javier Aroca, antropólogo, Pepe Fernández, jefe de informativos de Ser Andalucía 1979, Paco Álvarez, Lola Conde y Julio Sánchez, nos prestan sus testimonios para hilvanar un relato del hecho histórico hasta el momento desapercibido. Una conjunción de voces y actores que nos facilitan poder comprender, aunque en el tránsito de unos breves 13 minutos, qué implicó aquel hecho histórico en nuestra comunidad, más allá de todas las consecuencias políticas que todos conocemos.

El reportaje ofrece un relato humano, premiando los puntos de vista de tres personas que decidieron acudir a la manifestación, bien sea por inquietud personal, por curiosidad o por obligación de su padre, como el caso de Conde. De padre de origen cántabro, obligó a sus hijas a asistir a la movilización del 4 de Diciembre de 1977 porque quería que sus hijas conocieran, comprendieran y se empaparan del pueblo andaluz, sobre todo en un momento tan crucial como adivinaba que sería este.

El caso de Paco Álvarez o Julio Sánchez no es menos curioso. El primero, un inquieto joven que coqueteaba con ideales andalucistas -vocablo entonces desconocido-, gracias a las lecturas de una revista con temática andaluza, Tierras del Sur. Quiso llegar pronto, una hora antes, lo que le sirvió para perderse la lectura del manifiesto y ser incapaz de avanzar más de la mitad de la movilización en Sevilla, por culpa de la afluencia inesperada que desbocó las calles de la capital andaluza.

Sánchez narra por otra parte cómo vio a unos ‘locos’ desfilar por el puente en un día lluvioso. Posteriormente, cuando alzó la cabeza y vio una explanada repleta de personas con banderas blanquiverdes bajo la lluvia fue una imagen que calaría hondo en su alma. Tanto, que hasta el día de hoy aún no ha sido capaz de olvidarla y ha guiado su conciencia política hasta nuestros días.

Tres relatos humanos, tres voces, a las que los curtidos testimonios de Pepe Fernández y Javier Aroca acompañan con una contextualización de los hechos que enriquece el relato y lo enmarca en un periodo histórico que no solo marcó el futuro de Andalucía sino de todo el Estado español. Los millones de andaluces que salieron a las calles hace hoy 48 años no imaginaban las consecuencias que tendría esa pacífica, celebrada y anodina celebración. A partir de este momento se iniciaría la andadura de un proceso que culminaría con el Estatuto de Autonomía andaluz, no sin múltiples dificultades mediante, y que otorgaría a nuestra comunidad el sustantivo tan ansiado, luchado y