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El programa de Antena 3 Espejo Público emitió la pasada semana un reportaje en la calle Torremolinos con un único objetivo: retratar a sus vecinos como gente que vive exclusivamente del ingreso mínimo vital. Más allá de que siempre se refieren al barrio con el despectivo término de Los Vikingos, el trabajo, que Antena 3 defiende, es un ejercicio de libro de aporofobia.
Después de que desde Cordópolis diésemos voz a los vecinos del Distrito Sur, que mostraron su profunda indignación por la imagen que se transmitía, el mismo programa volvió a la carga y nos acusó de no pisar la calle lo suficiente como para saber qué es lo que pasa en la calle Torremolinos. Ajá.
El periodista le preguntaba directamente a varios vecinos de la zona que de qué vivían. Estos, obviamente, le contestaban que de “la vital”, en referencia al ingreso mínimo que aprobó el Gobierno en plena pandemia y que se ha ido generalizando. Y ya. Tampoco se le repreguntaba si con ese ingreso tenían suficiente como para llegar a final de mes por muy en la marginalidad que viviesen (obviamente, no) y si hacían otras cosas para ganarse la vida (obviamente, sí).
El trabajo retrataba a este barrio cordobés (es curioso que los barrios marginales siempre son los andaluces) como un nido de gente que se aprovecha del resto de contribuyentes y que no da un palo al agua. Como si lo que agujerea el déficit público en España fuese el ingreso mínimo vital. En 2025, supondrá un gasto total de 8.500 millones de euros. Estos abonos beneficiarán a 750.000 familias en toda España. Y no todas están en zonas marginales. Pero bueno.
Quien ha vivido en Córdoba sabe qué es lo que pasó y está pasando en la calle Torremolinos. Y cómo aunque siga siendo un lugar marginal no se le parece a la calle Torremolinos del año 2000, por ejemplo. Y que en el fondo nadie quiere ni vivir allí ni vivir así.
En los últimos años, aquel fallo del sistema que supuso arrinconar a los más pobres en el lugar más alejado de la ciudad (ocurrió también en Las Palmeras) sobrevive como una brecha pendiente de resolver, un lugar donde nadie nace delincuente o pobre, sino que se hace. Y en el que mucha gente acaba buscándose la vida.
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Nacer allí es tener un estigma para siempre, de los que no se borran. Nadie te va a dar trabajo fácilmente, nadie se va a fiar nunca de ti. Y por supuesto nadie va a pensar que en el fondo lo que ansías en tu vida es poder prosperar, salir de allí y que te dejen en paz.
Nadie quiere cobrar una paguita que no te da para llegar a final de mes porque sí. No hay nada que realice más a una persona que poder valerse por sí misma. Esa es la verdadera lucha contra la pobreza y ese es el gran problema: que en la España de 2025 sigue habiendo una legión de gente muy pobre en este país. Pero ese no es un debate que parezca interesarle a una tele nacional.
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