Ni sostenibilidad, ni revalorización de las pensiones. El único objetivo del Gobierno a la hora de tocar el sistema por el que se regula la jubilación de los españoles es recortar pura y simplemente las pensiones, las actuales y las futuras. Así de simple. A pesar de las declaraciones grandilocuentes de la ministra Báñez, que se atrevía a presumir de que con ‘su ‘ reforma los pensionistas podían estar tranquilos con su pensión, la verdad cruda y desnuda, confesada por el mismo Gobierno, es que todo es un artificio legal para poder meter mano a las pensiones, tanto a las actuales como a las futuras y así dejar de pagar 32.939,95 millones en un periodo de tiempo tan breve como los próximos 8 años.
Según los cálculos de Fátima Báñez, sólo en el próximo año, ya recortará las pensiones en 810 millones de euros, simplemente con el ‘truco’ de aplicar un nuevo índice de revalorización de las pensiones, que, según aprobó el Consejo de Ministros el pasado viernes, dejarán de crecer al ritmo de la inflación para crecer, o sobre todo, disminuir, en función de un opaco índice que mirará más las disponibilidades económicas que el Gobierno de turno quiera dedicar a pagar pensiones que su poder adquisitivo.
Pero el plato fuerte del ahorro se producirá a partir de 2015, siempre según los cálculos del Gobierno, momento en el que entrará en juego la segunda carga de profundidad que el PP ha diseñado contra el sistema público de pensiones: el factor de ‘sostenibilidad’. Gracias a este artificio, el Gobierno prevé recortar las pensiones del orden de 5.000 millones de euros anuales. Siempre, claro, para garantizar el bienestar de nuestros mayores. Y siempre, claro está, que el PP siga en el poder tras las próximas elecciones generales. El PSOE ya se ha comprometido ante la opinión pública a derogar estos recortes en las pensiones tan pronto como llegue nuevamente al Gobierno.
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