He ido esta mañana a hacer una consulta en una oficina del INSS. Pretendía informarme de cómo estaba un asunto que ya hacía exactamente un mes que había presentado por escrito y del que aún no tenía respuesta alguna.
En la oficina encontré unas veinte personas esperando para ser atendidas y otras tantas en otra cola solamente para que les asignaran un número o un día y hora para ser atendidos. Hube de esperar en esta segunda cola.
La primera información que recibo es que ¡por supuesto! en esta mañana no sería atendido y que por lo menos habría de esperar hasta la próxima semana. Y efectivamente me dieron día y hora para acudir en la próxima semana.
Los recortes que el gobierno del PP de Mariano Rajoy está haciendo en cuanto al número de empleados públicos en las oficinas administrativas y los recortes en sus remuneraciones no sólo van contra ellos sino que repercuten en la ciudadanía porque, entre otras razones, sus asuntos son resueltos más lentamente y con mayor perjuicios.
Con unos y otros recortes, el gobierno de Rajoy nos está retrotrayendo a aquella España que Mariano José Larra nos pintaba en sus artículos de la primera mitad del siglo XIX y particularmente en su celebérrimo artículo ¡Venga usted mañana!
Es que, efectivamente, el asunto sobre el que requería información entre unos y otros trámites va cumplir próximamente dos años.
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