Contra el inaceptable acoso al juez de la Audiencia Nacional
A quienes tuvimos el privilegio de participar en la transición hacia las libertades, nos quedan aún dos obligaciones por cumplir.
La generosidad de aquella generación en el camino hacia la democracia relegó la reparación hacia las víctimas de la violencia durante y después de la guerra incivil. Lo que es aún más grave, olvidamos ofrecer la misma sepultura en campo sagrado a una parte de las víctimas de aquella matanza. Para que pudieran, por fin, descansar en paz.
La otra obligación también es perentoria. No podemos dejar de pasar el testigo de la Historia a la generación de nuestros jóvenes. Es un deber ineludible transmitirles los valores y actitudes por las que fueron sacrificados aquellos hombres y mujeres, cuyo ejemplo nos inspiró en la lucha por recuperar las libertades.
En la memoria residen, a nivel colectivo e individual, las claves de su propio pasado y la experiencia decisiva para establecer su conducta presente y futura, y sus compromisos morales.
Por estas razones, entre otras, consideramos inaceptable el acoso al juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón, denunciado por aplicar la justicia democrática a los restos materiales y morales de aquella infamia.
No podemos ahora consentir que la envidia, el rencor y la revancha atenten contra quien, en solitario, ha contribuida a mantener vivas las ilusiones de una reparación histórica definitiva. Sin olvidar, tampoco, sus decididas aportaciones a la lucha contra dos grandes males de nuestro país: el terrorismo y la corrupción.
A una sociedad que desconfía de la justicia y de la política, e inclinada cada vez más hacia la abstención en sus deberes cívicos, no se le puede enviar ese mensaje descorazonador.
Barcelona, 1 de marzo 2010
Fuente del post: http://baylos.blogspot.com/2010/03/memoria-sin-fronteras-solidaridad-con.html
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