En las encuestas sobre gustos televisivos pocas veces figuran este tipo de espacios entre las preferencias de los encuestados. En ellas triunfan los documentales, los programas de divulgación y los informativos. Sin embargo, los datos no casan con los que se obtienen de las audiencias diarias. No es comprensible como espacios con una valoración tan negativa obtienen unos ratios de audiencia tan altos.
Para la profesora de periodismo Carmen Fuente Cobo, Directora Adjunta del Centro Universitario Villanueva, las causas de esta contradicción responden a un factor psicológico clave: disonancia pragmática.
--La disonancia pragmática es, en pocas palabras, el desacuerdo entre lo que se piensa y lo que se hace. En cuanto al consumo televisivo, este factor resulta fundamental para comprender el éxito de los programas considerados ‘telebasura’.
Estos procesos mentales, que llevan al espectador a actuar de manera contraria a lo que piensa que es correcto. El espectador ve esos programas, pero los censura socialmente.
--Gusto por lo superficial: para el profesor José Benigno Freire, doctor en pedagogia, este tipo de consumo televisivo es un “síntoma de una pérdida de valores personales” y se utilizan “para cubrir el vacío sencillamente con emociones, algo torridas o, al menos, torcidas”.
--Del chismorreo al ‘periodismo de investigación’. Los académicos destacan un cambio en la consideración de estos contenidos. Antes solían considerarse ‘chismorreo’, mientras ahora, gracias a la acción de propaganda de los medios de comunicación, se han rodeado de un halo de periodismo de investigación.
De esta manera, se engaña al espectador creando una falsa ilusión y haciendole creer que lo que está presenciando es un producto de calidad. Los medios crean su propia agenda, estableciendo y trasmitiendo al lector que esos, y no otros, son los temas importantes del momento. “No deja de ser un chismorreo amplificado por la potencia de los medios de comunicación de la actualidad” asegura el doctor Freire.
--Desconfianza. Es otro de las claves psicológicas que hacen que la telebasura –que resulta atractiva de puertas para dentro- obtenga esos niveles de rechazo social. El ‘chismorreo’ se identifica con comportamientos rechazables y maliciosos. “Las personas chismosas despertaban un cierto miedo o desconfianza” asegura Benigno Freire.
--Reduccionismo. Una de las cualidades de la telebasura que la convierten en un ‘producto facil’ de consumir. Este tipo de televisión busca explicaciones simplistas para los asuntos más complejos. De esta forma, se llega a conclusiones facilmente comprensibles pero que resultan parciales o interesados.
(Publicado en El Confidencial Digital)
Para la profesora de periodismo Carmen Fuente Cobo, Directora Adjunta del Centro Universitario Villanueva, las causas de esta contradicción responden a un factor psicológico clave: disonancia pragmática.
--La disonancia pragmática es, en pocas palabras, el desacuerdo entre lo que se piensa y lo que se hace. En cuanto al consumo televisivo, este factor resulta fundamental para comprender el éxito de los programas considerados ‘telebasura’.
Estos procesos mentales, que llevan al espectador a actuar de manera contraria a lo que piensa que es correcto. El espectador ve esos programas, pero los censura socialmente.
--Gusto por lo superficial: para el profesor José Benigno Freire, doctor en pedagogia, este tipo de consumo televisivo es un “síntoma de una pérdida de valores personales” y se utilizan “para cubrir el vacío sencillamente con emociones, algo torridas o, al menos, torcidas”.
--Del chismorreo al ‘periodismo de investigación’. Los académicos destacan un cambio en la consideración de estos contenidos. Antes solían considerarse ‘chismorreo’, mientras ahora, gracias a la acción de propaganda de los medios de comunicación, se han rodeado de un halo de periodismo de investigación.
De esta manera, se engaña al espectador creando una falsa ilusión y haciendole creer que lo que está presenciando es un producto de calidad. Los medios crean su propia agenda, estableciendo y trasmitiendo al lector que esos, y no otros, son los temas importantes del momento. “No deja de ser un chismorreo amplificado por la potencia de los medios de comunicación de la actualidad” asegura el doctor Freire.
--Desconfianza. Es otro de las claves psicológicas que hacen que la telebasura –que resulta atractiva de puertas para dentro- obtenga esos niveles de rechazo social. El ‘chismorreo’ se identifica con comportamientos rechazables y maliciosos. “Las personas chismosas despertaban un cierto miedo o desconfianza” asegura Benigno Freire.
--Reduccionismo. Una de las cualidades de la telebasura que la convierten en un ‘producto facil’ de consumir. Este tipo de televisión busca explicaciones simplistas para los asuntos más complejos. De esta forma, se llega a conclusiones facilmente comprensibles pero que resultan parciales o interesados.
(Publicado en El Confidencial Digital)
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