Jesús Lizcano Álvarez, presidente de Transparencia Internacional España y catedrático de la Universidad Autónoma de Madrid, escribe en El País un interesante artículo sobre los Efectos económicos de la corrupción.
Me ha llamado especialmente la atención lo siguiente: "Además de los perjuicios económicos, y ya en clave política o social, la existencia de numerosos indicios de corrupción en los cargos públicos genera una amplia desconfianza en la clase política y una sensación de impunidad que hace que los ciudadanos se alejen cada vez más de los políticos, y lo que es peor, tengan una sensación de fatalismo y una cierta creencia de que los políticos son todos iguales, lo cual evidentemente no es cierto, aunque cuesta convencerles de lo contrario".
Durante ya varios meses las encuestas del CIS vienen poniendo de manifiesto que los políticos son el tercer problema de los ciudadanos y que la clase política goza de muy poca o de ningua confianza entre los ciudadanos. ¿Será porque perciben que la corrupción domina en este grupo, entre los políticos? Me pregunto.
Me ha llamado especialmente la atención lo siguiente: "Además de los perjuicios económicos, y ya en clave política o social, la existencia de numerosos indicios de corrupción en los cargos públicos genera una amplia desconfianza en la clase política y una sensación de impunidad que hace que los ciudadanos se alejen cada vez más de los políticos, y lo que es peor, tengan una sensación de fatalismo y una cierta creencia de que los políticos son todos iguales, lo cual evidentemente no es cierto, aunque cuesta convencerles de lo contrario".
Durante ya varios meses las encuestas del CIS vienen poniendo de manifiesto que los políticos son el tercer problema de los ciudadanos y que la clase política goza de muy poca o de ningua confianza entre los ciudadanos. ¿Será porque perciben que la corrupción domina en este grupo, entre los políticos? Me pregunto.
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