
El ejemplar que yo tengo, ya pardusco, manoseado y ajado, estropeado de tantas lecturas que de él se han hecho me lo regaló un viejo anarquista gaditano del que lastimosamente no recuerdo su nombre. De ésto hace ya muchos años.
Me lo regaló para que lo guardase y así lo hago porque fue un simbólico regalo y porque, sin

"Salimos del aeródromo en un automóvil. ¿Estamos en Sevilla? ¿No habremos ido a para a Sumatra o a Ceylán? Tantas vueltas al mundo han podido despistar a los pilotos. Pregunto a chofer si hay noticias de Medina Sidonia. El chofer, ajeno al ensueño de la lucha con el tiempo, replica con vivacidad:
- ¿Noticias de Medina Sido"Salimos del aeródromo, escribe Sender, (pág. 13) en un automóvilnia? Allí no ocurre nunca na. Si preguntara usté siquiera por el Puerto de Santa María ..."
"A media mañana llegamos a Medina Sidonia (se lee en la pág. 19). Sidon con los fenicios. Asidonia con los romanos y los visigodos. Medina Sidonia con los moros del albornoz y con los del calañés. Y siempre ciudad blanca y verde. Entramos con pasmo. ... Llegamos por milagro del avión con tres días de ventaja. Vamos a presenciar en Casas Viejas -que no llamaremos así porque el verdadero nombre en Benalup - los sucesos que, según nos decían en Madrid, habían ocurrido ya. Vamos con tres días de ventaja. Vamos a revivir esos tres días."
En Casas Viejas, Ramón J. Sender, novelista, pero sobre periodista, un excelente reportaje de la sangrienta represión policial de la insurreción campesina de este pueblo gaditano.
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