La cárcel de Carabanchel, la 'estrella de la muerte' de la dictadura que Franco no fue a inaugurar
La prisión, construida en la posguerra al lado de un campo de tiro y de un cementerio, se convirtió en un símbolo del franquismo cuya historia ha reconstruido Luis A.Casero en 'La estrella de la muerte del franquismo', recién publicado por Libros de K.O.
- Así como la dictadura quiso una cripta para encerrar a los muertos de la Guerra Civil y construyó el Valle de los Caídos, quiso también una cripta para los vivos y levantó la cárcel más grande de todo el siglo XX en España, la prisión de Carabanchel, en Madrid. El paralelismo no es casual: la vocación de grandeza del franquismo cristalizó en las dos colosales edificaciones y en ellas quiso dejar la impronta de su victoria. Hasta tal punto eran parejas ambas estructuras que el eje de simetría de la planta del penal estaba perfectamente alineado con el risco de la Nava de Cuelgamuros, de donde emerge la cruz de 150 metros de altura. Lo mismo se hizo con el Arco de la Victoria, otro de los monumentos erigidos para conmemorar el triunfo franquista.
- El detalle, nada desdeñable para un régimen de tantísima potencia simbólica, lo revela el historiador y antropólogo Luis A. Ruiz Casero en Carabanchel. La estrella de la muerte del franquismo (Libros de K.O.), un repaso total por la historia de este complejo penitenciario desde que se convirtiera en “buque insignia” de la represión franquista hasta su demolición en 2008. “Las tres construcciones constituyen un conjunto de monumentalización de la victoria después de la guerra, lo que denota que el proyecto que había detrás iba mucho más allá de la cárcel en sí”, reflexiona el autor.
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