gaza... gaza
Los regalos que no te envié en el aniversario de la guerra son
mi poema despidiéndose de mí al cerrar el libro; como si
me muriera de gangrena,
los puentes cortados entre mi boca y cualquiera de mis
palabras;
los cuarteles junto a la alta valla de mi vida;
los paseos de mis viejos vecinos antes de dispersarse con el
fusil de la ausencia;
mis sueños caminando con su viejo bastón hacia un mar
que no los tiene en cuenta;
la última pastilla en la despensa de la esperanza;
las cuentas de mi interminable rosario —mientras yo deliro:
Gaza... Gaza.
Como las banderas de un país que se derrotó a sí mismo,
de corazón en corazón regresaron desolados,
buscando viejas direcciones en un correo de sal,
buscando canciones que bordaron en el manto de la arena.
El corazón fluye como un río depurado de remordimiento,
da vueltas como un girasol, como el nombre muerto de
una amada, y crea palomas.
Regresaron al corazón, regresaron, desnudos de nostalgia,
sin saber cómo abrir la maleta de la ausencia sin que de
ella salgan serpientes
—mientras yo deliro: Gaza... Gaza
No hay comentarios:
Publicar un comentario