Cualquier objetivo social y político necesita una cultura que sea sus sustento,
apoyo y alimento.
Entiendo por cultura la forma de
pensar, sentir y actuar que configura una determinada orientación. Detrás de
toda práctica política existe, consciente o inconscientemente, una ideología,
una mentalidad, unos sentimientos y unos actos que responden a un conjunto de
valores. La filosofía, la ideología y los conocimientos son ingredientes
importantes de la cultura política, pero tanto o más lo son las mentalidades, las
motivaciones, los sentimientos, los deseos, las convicciones morales, los valores.
La cultura realmente existente en una sociedad es la que, en gran medida, nos explica
las preferencias políticas. En ésta intervienen tanto los intereses como los
valores. Renovar y refundar la política conlleva la creación de nuevas
mentalidades y sentimientos ético-sociales. La acción política siempre debe
fundarse en una prepolítica y responder a una metapolítica. Esto significa que
ha de basarse en unas motivaciones y actitudes morales profundas y estar al servicio
de la solución de los problemas sociales a los que se dan prioridad desde una
determinada antropología ética y desde una concepción de la sociedad afín a
unos valores.
La política no debiera reducirse a un conjunto de procedimientos para gestionar el orden
social. Como ya indiqué ... ha de tener una utopia que la guíe, una mística (atea, agnóstico o religiosa) que la sostenga, una cultura que la configure, una ética que la regule, un programa que la organice, un presupuesto económico que la haga factible y unas leyes que permitan que se ejecute. Todos estos componentes de la política aparecen claramente en la mejor tradición de la izquierda. Las organizaciones del movimiento obrero tuvieron en sus inicios una cultura de fondo que hizo que éste fuera también un movimiento moral. El socialismo arraigó en las masas no sólo por sus reivindicaciones sociolaborales,sino también po rsu propuesta de creación de otro tipo de sociedad y de ser humano....
Rafael Díaz-Salazar. La izquierda y el cristianismo
No hay comentarios:
Publicar un comentario