Por qué merece la pena pagar más por los alimentos de proximidad
Razones para consumir alimentos de kilómetro cero
El consumo de alimentos de cercanía repercute directamente y de forma positiva en el trabajo de los agricultores, los ganaderos, los pequeños productores, trabajadores de las empresas alimentarias de cada zona productiva y los comerciantes locales. Ayuda a la reactivación de la economía, muy importante en las zonas rurales.
2. Respeto al medio ambiente
Los alimentos de proximidad están asociados a un menor impacto medioambiental. En esto influyen factores como el gasto energético en el transporte y almacenamiento. Muy a menudo la producción local está relacionada con técnicas más amables con el entorno, como las ecológicas. Además, en el caso de la agricultura minifundista, al no dedicar grandes cantidades de terreno al mismo tipo de cultivo, se fomenta la biodiversidad y se conservan las variedades autóctonas.
3. Productos de proximidad y temporada van de la mano
Las frutas, verduras y hortalizas se cosechan en su punto idóneo de maduración y, por tanto, mantienen todas sus propiedades tanto de sabor como nutricionales. Así se potencia el consumo de alimentos nutritivos y de mayor calidad que contribuyen a una dieta más saludable.
4. Alimentos más frescos
Al acortar el tiempo entre producción y destino, los alimentos se consumen más frescos, evitando largas estancias en cámaras frigoríficas o tratamientos industriales de conservación, algo común en alimentos que proceden de lugares lejanos. Optar por alimentos más frescos contribuye a reducir el desperdicio alimentario.
5. Cultura gastronómica
Los alimentos de cercanía fortalecen la identidad y el respeto por la gastronomía local. Además, preservan tradiciones culinarias y generan un vínculo de la comunidad con los productores y sus procesos, promoviendo la conciencia sobre el origen y el valor de los alimentos.
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