"Si no está bien, no lo hagas; si no es verdad, no lo digas". MARCO AURELIO
Cesión del Gobierno a la Iglesia en Cuelgamuros
Las víctimas de la dictadura califican de “continuidad franquista” la cesión del Gobierno a la Iglesia en Cuelgamuros
Las asociaciones memorialistas lamentan que los monjes benedictinos se queden en el mausoleo y creen que eso “dificulta” la transformación del espacio debido al papel de pilar fundamental que la Iglesia desempeñó durante el franquismo
El pacto entre el Gobierno y la Iglesia para resignificar el Valle de Cuelgamuros no ha sentado bien a las asociaciones de víctimas del franquismo. Aunque en su seno conviven voces diversas sobre cuál es la mejor solución para el faraónico mausoleo mandado construir por Franco para honrar su victoria en la Guerra Civil, todas coinciden en algo: la permanencia en la basílica de los monjes benedictinos, que en varias ocasiones el Ejecutivo de Pedro Sánchez prometió desalojar, es “incompatible” con una transformación completa del espacio y “una falta de respeto” dado el papel que tuvo la Iglesia durante la dictadura
“Es una continuidad franquista y un lastre tener allí a unos religiosos que hicieron convenios con el propio Franco y misas diarias por 'los caídos por Dios y por España', que es para lo que el dictador lo construyó”, sostiene Fausto Canales, que peleó durante décadas para sacar a su padre de las criptas de Cuelgamuros, donde fueron enterrados miles de republicanos sin consentimiento de sus familias. En 1958 el Estado firmó con la Abadía Benedictina de Silos un convenio por el que los monjes se comprometían a perseguir los fines que dispuso el régimen para el Valle, entre ellos, “rogar a Dios por las almas de los muertos en la Cruzada Nacional”.
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