Miles de mujeres y niñas afganas se están viendo forzadas a volver al "infierno talibán", Gregorio
Han pasado ya cuatro años desde la vuelta al poder de los talibanes en Afganistán y la situación del país no ha dejado de empeorar. Especialmente para las mujeres y niñas, que se han convertido en el principal objetivo talibán, y a las que han privado del derecho al empleo, a la educación, a la libertad de expresión, de reunión y hasta a la libertad de movimiento.
Pero incluso para quienes han logrado huir de esa cárcel en la que vivían, la tragedia no se ha acabado ahí.
La situación de desprotección a la que se enfrentan, el hostigamiento que han sufrido, así como las deportaciones y expulsiones masivas de países vecinos, está obligando a muchas personas afganas a emprender el camino de vuelta.
Más de 2 millones de personas previamente acogidas por Pakistán e Irán han tenido que regresar a Afganistán, ante las escasas vías legales y seguras de protección que han habilitado los países de la Unión Europea.
Tanto de la UE como de España siguen ofreciendo una respuesta totalmente insuficiente: plazas de reasentamiento escasas, barreras burocráticas para solicitar asilo en embajadas o las dificultades para la reagrupación familiar, han derivado en un descenso en las solicitudes de asilo que contrasta con las necesidades de protección de la población afgana. Por eso, desde CEAR vamos a seguir presionando a las autoridades reclamando: Activar corredores humanitarios que permitan la salida segura de quienes corren peligro. Aumentar los compromisos de reasentamiento de los países de la UE. Facilitar los traslados desde las embajadas y oficinas consulares, aplicando el art. 38 de la Ley de Asilo. Agilizar los procesos de reagrupación familiar, para que las familias refugiadas afganas puedan vivir juntas y en paz. Llevan cuatro años viviendo un infierno y tenemos que hacer todo lo posible para que no pasen ni un día más allí. |
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