El plan contra el ruido de Córdoba prevé una evaluación previa antes de autorizar conciertos, verbenas o eventos en la calle
La Junta de Gobierno Local aprueba la cuarta fase del mapa del ruido de Córdoba, con una infinidad de medidas a aplicar en la ciudad, especialmente en el calmado del tráfico
la Junta de Gobierno Local del Ayuntamiento de Córdoba ha aprobado inicialmente uno de sus documentos más transversales: la cuarta fase del Plan de Acción contra el ruido. El documento pone tareas al propio Ayuntamiento y le recomienda que antes de autorizar un evento en la calle, un concierto o una actividad deportiva, reclame una evaluación previa del impacto acústico, con el objetivo de minimizar las molestias a los vecinos. Además, el plan incide en el tráfico como la principal fuente de ruido de la ciudad, y reclama al Ayuntamiento que haga todo lo posible por reducir su impacto.
La Evaluación Previa del Impacto Acústico (EPIA) es una de las principales acciones del plan contra el ruido del Ayuntamiento. Esta medida es de alta prioridad y se plantea para ser ejecutada a corto plazo, buscando controlar y gestionar las actividades celebradas en espacios abiertos, como verbenas, conciertos y manifestaciones populares, que impliquen la emisión de ruido en zonas cercanas a viviendas. El objetivo central es evitar que este tipo de eventos, organizados o promovidos por el propio Ayuntamiento, causen molestias a los vecinos, minimizando su impacto sonoro.
Esta evaluación exige que, antes de conceder la autorización, se determine la situación acústica previsible del evento y se incluya una propuesta de medidas correctoras. Esta evaluación deriva en la inclusión de condicionantes acústicos en la autorización formal. Estos condicionantes incluyen la definición de niveles máximos de emisión sonora permitidos, así como el establecimiento de límites horarios para la emisión de música o megafonía, siendo estos más restrictivos en el horario nocturno.
Además, se deberá determinar la ubicación específica de los equipos de sonido, indicando la orientación de los altavoces para minimizar la afección sobre las zonas residenciales. En caso necesario, se puede exigir el uso de limitadores-registradores en los equipos de sonido, que deben estar precintados y accesibles para la inspección municipal, o incluso la implementación de medidas de insonorización temporal, como pantallas acústicas provisionales o carpas con tratamiento acústico.
El control durante la ejecución del evento es también fundamental, e incluye la monitorización en tiempo real del ruido emitido, además de la presencia y actuación de la Policía Local. El documento prevé indicadores de seguimiento para esta acción, tales como la contabilización del número de quejas y/o denuncias por ruido recibidas a raíz del evento y el grado de incumplimiento de los horarios de inicio y finalización de las actividades.
La finalidad última de esta acción es mejorar la convivencia, permitiendo el disfrute de las fiestas y eventos y, a la vez, garantizando el derecho al descanso y bienestar de los vecinos afectados.
Casi 20 millones para mejorar el tráfico en la ciudad
La cuarta fase del plan contra el ruido establece su horizonte temporal de aplicación entre 2025 y 2030, con un presupuesto total estimado de 19,6 millones de euros para la ejecución de sus cuatro líneas estratégicas. Para hacer frente al tráfico rodado, identificado como la fuente de contaminación acústica con mayor impacto, el plan propone medidas de calmado de tráfico mediante actuaciones físicas como badenes o estrechamientos, buscando lograr mejoras acústicas.
Una actuación complementaria clave es dar prioridad en las campañas de asfaltado a las vías que presenten problemas de afección por ruido, fomentando el empleo de asfaltos fonoabsorbentes, se ha constatado que el uso de aglomerado sonoreductor en avenidas de Córdoba ha logrado una bajada promedio de 2,7 dBA. Además, se valorará la instalación de medios disuasorios como cinemómetros o fotorrojos para controlar la velocidad de circulación en vías urbanas, y se incluye la reordenación del tráfico rodado, así como la regulación del tráfico de vehículos pesados.
En el fomento de la movilidad sostenible, el plan promueve potenciar la creación de áreas y calles peatonales, mejorar la red de carril bici, aumentar la dotación de aparcabicis, e incluso estudiar la implantación de un sistema público de alquiler de bicicletas urbanas. En cuanto al transporte colectivo, se hará un seguimiento y se valorará la sustitución progresiva de los autobuses con motores tradicionales por otros alternativos y más silenciosos.
Para el parque automovilístico privado, se contempla la aplicación de bonificaciones en el Impuesto sobre Vehículos de Tracción Mecánica (IVTM) para los vehículos menos contaminantes acústicamente, como los híbridos y eléctricos, y se impulsará la creación de infraestructura de recarga de vehículos en el viario público.
Ocio nocturno
En las zonas de ocio nocturno, el plan prevé la elaboración de un inventario dinámico (basado en quejas y estudios acústicos) para un control y seguimiento continuo, que podría llevar a la declaración de Zonas Acústicamente Saturadas (ZAS), y se valorará la instalación de estaciones fijas para la monitorización del ruido ambiental en tiempo real en terrazas y zonas de concentración de personas.
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