El pasado 17 de septiembre la Comisión Europea propuso orientaciones a los Estados miembros para ayudar mejor a que los desempleados de larga duración vuelvan a conseguir empleo. Tras la reactivación de la Iniciativa de Empleo Juvenil en el mes de mayo, esta es otra iniciativa concreta en el contexto de la agenda económica y social general de la Comisión Juncker, que pretende reforzar la creación de empleo, la recuperación económica y la justicia social en Europa.
La propuesta se centra en los servicios que se ofrecen a los desempleados de larga duración para ayudarles a reincorporarse al mercado laboral y propone acciones concretas para reforzarlos. Se basa en las mejores prácticas recogidas por los Estados miembros. Así ofrece tres puntos clave:
- fomentar la inscripción de los desempleados de larga duración en un servicio de empleo;
- facilitar a cada desempleado de larga duración que esté inscrito, antes de que lleve dieciocho meses en paro, una evaluación individual detallada a fin de determinar sus necesidades y su potencial;
- ofrecer un acuerdo de integración laboral a todos los desempleados de larga duración inscritos antes de que lleven dieciocho meses en paro. Este acuerdo debería constar de un plan personalizado para que el desempleado de larga duración vuelva a tener trabajo. Dependiendo de los servicios que existan en cada Estado miembro, el plan puede incluir: tutoría, ayuda a la búsqueda de empleo, educación y formación complementarias, así como ayudas para la vivienda, el transporte y los servicios de atención sanitaria y de atención a la infancia o la readaptación. Tales servicios deben prestarse a través de un punto de contacto único, a fin de garantizar la continuidad y la coherencia de la ayuda. Asimismo, debe indicar claramente los derechos y las responsabilidades tanto de los desempleados como de las organizaciones que prestan ayuda.
La propuesta también pide la participación activa de los empleadores mediante la asociación con las autoridades públicas, ampliando la gama de servicios que pueden recibir y ofreciéndoles incentivos financieros específicos.
En Europa hay más de doce millones de personas que llevan más de un año en paro. A pesar de la recuperación económica y de los signos de mejora en el mercado de trabajo de la UE, su número se duplicó entre 2007 y 2014, llegando a representar aproximadamente la mitad del número total de desempleados. Los desempleados de larga duración representan actualmente el 5 % de la población activa. La proporción de desempleados de larga duración en la población activa varía mucho entre los distintos Estados miembros y oscila entre un 1,5 % en Austria y un 19,5 % en Grecia.
Cuanto más tiempo llevan fuera del mercado laboral, más les cuesta volver a ser contratados. De los doce millones de desempleados de larga duración que hay en la UE, más del 60 % lleva ya más de dos años seguidos en paro. Cada año una de cada cinco personas deja de intentar encontrar empleo y se convierte en inactiva, lo cual trae consigo un grave riesgo de pobreza y exclusión social para los desempleados y sus familias.
Si bien los desempleados de larga duración constituyen la mitad de los desempleados, se calcula que solo se les asigna el 20 % de los programas activos de empleo y, en muchos Estados miembros, carecen de acceso a servicios personalizados. Los programas que se ofrecen a los desempleados de larga duración no suelen implicar suficientemente a los empleadores. Solo un tercio de los Estados miembros coordinan la actuación de sus servicios de empleo y sus servicios sociales.
Los Estados miembros pueden aplicar estas recomendaciones con ayuda del Fondo Social Europeo. Ahora la propuesta de la Comisión será presentada al Consejo para su debate y adopción. Así las medidas que se señalan en la Recomendación empezarán a aplicarse en cuanto los Estados miembros lleguen a un acuerdo.
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