La reducción de la jornada laboral para facilitar la vida familiar llama a golpes a la puerta de los distintos países europeos. En España, las interminables jornadas de más de ocho horas, la dificultad de implantar el teletrabajo y el gusto por el presencialismo en las compañías empiezan a oler rancio y los trabajadores miran cada vez más al norte para comparar su sistema laboral con el de los avanzados vecinos nórdicos.
En estos países están a años luz de los del sur de la región en lo que a hábitos laborales se refiere. Tienen mucha más flexibilidad y la familia es una prioridad tanto para trabajadores como para los empresarios. Suecia es uno de esos paradigmas en los que es más sencillo trabajar y tener una vida familiar placentera.
Pero van un poco más allá y ya están probando nuevas fórmulas, entre las que destaca la reducción de la jornada laboral de ocho horas a seis. El sector público ha sido el pionero y ha empezado implantándolo en el sector sanitario, donde los sanitarios y el personal de los hospitales ya está trabajando esas seis horas diarias.
Según las impresiones que se recogen en un artículo publicado por The Guardian, la experiencia está siendo bastante buena, pues permite a los trabajadores que rindan mejor tanto en el trabajo como en el hogar.
El sector privado no se queda atrás
No obstante, esta tendencia no se queda en el sector público. El privado también va dando pasos en el camino de reducir los horarios, es más, algunas compañías hace años que implantaron la jornada de seis horas. Es el caso de la fábrica de Toyota en la ciudad sueca de Goteburgo, donde se tomó esta decisión hace ya 13 años.
El artículo del rotativo británico también recoge las impresiones de sus trabajadores, los cuales dicen disfrutar de una vida más placentera. Pero no solo eso. En estos años, los beneficios de esta empresa han crecido un 25%, es decir, acortar las jornadas laborales no tiene un impacto negativo en el negocio, al contrario.
Esta compañía no es la única que sigue el modelo de las seis horas. El reportaje recoge más casos de empresas públicas y privadas que ya empezaron a probar con este horario en los años 90 del siglo pasado. Por lo tanto, para los suecos el revuelo que se está empezando a formar en el resto de Europa exigiendo mayor flexibilidad laboral no es nada nuevo.
¿Sería posible aplicarlo en España?
Muchos pensarán que este horario funciona en las sociedades nórdicas como la sueca porque en esas regiones son mucho más modernos y avanzados que en el atrasado sur de Europa, donde las costumbres de hace años están más arraigadas en la cultura de la gente.
En esta zona de Europa nuestra vida gira en torno al sol, algo que determina en gran medida nuestros horarios a la hora de trabajar o de hacer cualquier tipo de actividad. Además, al no seguir el horario londinense –que Franco adelantó una hora en 1940- hace que las jornadas laborales se alarguen más de lo recomendable.
En el caso de España, la mayoría de los empresarios sigue la máxima de mantener a sus empleados pegados a la silla cuanto más tiempo mejor, lo que dificulta mucho más la apertura a nuevas fórmulas más flexibles y, en muchos casos, más productivas. En esto el Gobierno tiene mucha culpa, pues hace años que aparcó una nueva normativa sobre esta cuestión para darle prioridad a la recuperación económica. Y a los recortes...
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