El día primero de abril, del que Antonio Machado recordaba que “son de abril las aguas mil”, es el mes que La Voz de la Calle ha elegido para su comparecencia ante un público que valoramos como prometedor y necesario.
No descartamos las dificultades de nuestro proyecto, o si se prefiere, nuestra aventura. La aventura es siempre emocionante y, en nuestro caso, esperamos que también venturosa. Cuando hablamos de dificultades queremos referirnos a todas las cambiantes circunstancias que presiden el acontecer y lo conforman.
Decía también Machado en su poema que en el campo abrileño sopla a veces “el viento achubascado” pero que “entre nublado y nublado / hay trozos de cielo añil”.
Estar a la altura de esas modalidades del clima político es nuestra aspiración. Deseamos que predomine el añil entre chubasco y chubasco de cualquier adversa ventisca.
Nuestro soplo, nuestro aliento periodístico, será clara y abiertamente de izquierda, de una izquierda transformadora con sus alternativas para cada sector de la sociedad. Hay derechos sociales que hoy en día no se defienden con suficiente vigor y es lo que precisamente queremos denunciar y vocear. Para nosotros, los sindicatos no pueden ni deben ser apéndice del gobierno, sino la expresión de una clase que se organiza y ofrece desde siempre su fisonomía, aunque no en todos los casos su diseño adecuado, su perfil bien reflejado.
El pensamiento conservador se refugia hoy en la expresión “neoliberal” para acreditar lo que dista de ser, es decir, una residencia autentica de las libertades en vez de un fortín de los egoísmos clasistas.
Ese pensamiento no es el nuestro. El nuestro se dirige a los trabajadores en su mejor acepción, con empleo en el mejor de los casos y sin empleo por obra y gracia de la avaricia del capitalismo especulativo.
Desempleados, pensionistas, autónomos, pequeños empresarios huérfanos de crédito, asociaciones de vecinos, organizaciones ciudadanos, ateneos, foros, movimientos ecologistas y feministas, con los colectivos gays, funcionarios, profesores de universidad, estudiantes universitarios o aspirantes a serlo, estudiantes orientados a la formación profesional, científicos, profesores, inmigrantes……. Para todos ellos abrimos los brazos de nuestra escritura y de nuestro mensaje. Y ello a través de debates y actos que acojan sus inquietudes políticas, económicas, culturales y de otras nobles índoles.
La economía estará también presente, como es lógico e indispensable, en nuestras secciones tanto la que así se define como las de política internacional y nacional.
Queremos que entre política y economía no se establezcan separaciones artificiales, como desgraciadamente suele apreciarse en otros medios e incluso en los meros planteamientos políticos. Estarán los problemas económicos en el corazón del debate político, que será nuestra síntesis intencional, de acuerdo con la realidad imperiosa, exigente no pocas veces de planteamientos radicales y alternativas de este signo. A fin de cuentas, es la estructura económica la que condiciona, con su inesquivable realidad, el decurso de la política. Propugnar en este marco la defensa de una Banca Pública, justo ahora que se opera la transformación de las Cajas de Ahorros, es algo que se ofrece como oportunidad, tan difícil como abordable en el mundo de las exigencias sociales..
La corrupción estará en nuestra diana informativa y de pensamiento. Corrupción política y empresarial, y medioambiental también, por supuesto.
La memoria histórica en el más serio y menos folclórico de los sentidos, formará parte de nuestro empeño periodístico, con la vista puesta en el significado ético de aquella República arteramente frustrada a su pesar.
Una Ley Electoral reformada, que acabe con los intereses grupales y los gremios egoístas tendrá que ir del brazo de una reforma constitucional que pueda desembocar en República o Monarquía según los azares del acontecer histórico que toque vivir.
Un proceso constituyente estará siempre en nuestro punto de mira político.
Decía también Machado en su poema que en el campo abrileño sopla a veces “el viento achubascado” pero que “entre nublado y nublado / hay trozos de cielo añil”.
Estar a la altura de esas modalidades del clima político es nuestra aspiración. Deseamos que predomine el añil entre chubasco y chubasco de cualquier adversa ventisca.
Nuestro soplo, nuestro aliento periodístico, será clara y abiertamente de izquierda, de una izquierda transformadora con sus alternativas para cada sector de la sociedad. Hay derechos sociales que hoy en día no se defienden con suficiente vigor y es lo que precisamente queremos denunciar y vocear. Para nosotros, los sindicatos no pueden ni deben ser apéndice del gobierno, sino la expresión de una clase que se organiza y ofrece desde siempre su fisonomía, aunque no en todos los casos su diseño adecuado, su perfil bien reflejado.
El pensamiento conservador se refugia hoy en la expresión “neoliberal” para acreditar lo que dista de ser, es decir, una residencia autentica de las libertades en vez de un fortín de los egoísmos clasistas.
Ese pensamiento no es el nuestro. El nuestro se dirige a los trabajadores en su mejor acepción, con empleo en el mejor de los casos y sin empleo por obra y gracia de la avaricia del capitalismo especulativo.
Desempleados, pensionistas, autónomos, pequeños empresarios huérfanos de crédito, asociaciones de vecinos, organizaciones ciudadanos, ateneos, foros, movimientos ecologistas y feministas, con los colectivos gays, funcionarios, profesores de universidad, estudiantes universitarios o aspirantes a serlo, estudiantes orientados a la formación profesional, científicos, profesores, inmigrantes……. Para todos ellos abrimos los brazos de nuestra escritura y de nuestro mensaje. Y ello a través de debates y actos que acojan sus inquietudes políticas, económicas, culturales y de otras nobles índoles.
La economía estará también presente, como es lógico e indispensable, en nuestras secciones tanto la que así se define como las de política internacional y nacional.
Queremos que entre política y economía no se establezcan separaciones artificiales, como desgraciadamente suele apreciarse en otros medios e incluso en los meros planteamientos políticos. Estarán los problemas económicos en el corazón del debate político, que será nuestra síntesis intencional, de acuerdo con la realidad imperiosa, exigente no pocas veces de planteamientos radicales y alternativas de este signo. A fin de cuentas, es la estructura económica la que condiciona, con su inesquivable realidad, el decurso de la política. Propugnar en este marco la defensa de una Banca Pública, justo ahora que se opera la transformación de las Cajas de Ahorros, es algo que se ofrece como oportunidad, tan difícil como abordable en el mundo de las exigencias sociales..
La corrupción estará en nuestra diana informativa y de pensamiento. Corrupción política y empresarial, y medioambiental también, por supuesto.
La memoria histórica en el más serio y menos folclórico de los sentidos, formará parte de nuestro empeño periodístico, con la vista puesta en el significado ético de aquella República arteramente frustrada a su pesar.
Una Ley Electoral reformada, que acabe con los intereses grupales y los gremios egoístas tendrá que ir del brazo de una reforma constitucional que pueda desembocar en República o Monarquía según los azares del acontecer histórico que toque vivir.
Un proceso constituyente estará siempre en nuestro punto de mira político.
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