La Comisión de Empleo y Asuntos Sociales del Parlamento votó el pasado viernes la propuesta de la Comisión Europea de establecer una plataforma que refuerce la cooperación entre los Estados miembros para acabar con el trabajo no declarado.
La expresión "trabajo no declarado" se refiere a las actividades legales por su naturaleza, que están retribuidas y sin embargo no se declaran a las autoridades públicas pertinentes. En 2012 supuso el 18,4% del producto interior bruto (PIB) de los Estados miembros, sin el recuento de Croacia.
Por países, la estimación del trabajo que no se declaró en 2013 en los Veintisiete estuvo liderada por Grecia (30%), Países Bajos (27%) y Letonia (28%). Al otro lado de la balanza, Polonia (5%), Alemania (7%) y Reino Unido (8%) son los países en los que existe más contratos de trabajo regularizados.
Los principales problemas del trabajo no declarado son principalmente tres: los trabajadores se exponen frecuentemente a condiciones laborales precarias, incluida la explotación; estas prácticas generan competencia desleal que beneficia a las empresas que se aprovechan de ellas; por último, se producen graves pérdida para las finanzas públicas que perciben menos impuestos y contribuciones a la seguridad social.
Según el europarlamentrio Georgi Pirinski la "Plataforma Europea debería aportar valor añadido a nivel europeo, a través de las discusiones y el intercambio de buenas prácticas en dos ámbitos: combatir el trabajo no declarado y regularizarlo transformándolo en empleo declarado”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario