Va terminando el año y ya se comienza a hacer balances y a escoger lo mejor en diversos campos. En un digital me encuentro la selección de los mejores libros del año pasado. Me da un "subidón". De los diez elegidos ya he leído tres (los cito por su colocación en esta lista que no por el tiempo en que los leí) : La España vacía, de Sergio Molinero; Patria, de Fernando Aramburu y La desfachatez intelectual, de Ignacio Sánchez-Cuenca y ya tengo en mi lector de libros electrónicos Manual para mujeres de la limpieza, Lucia Berlin.
Por supuesto que durante el año he leído más libros. Con más calma haré la lista de los que más me han gustado de los leídos.
1. La España vacía, Sergio del Molino (Turner, 292 páginas, 23 euros).
Tras lograr el aplauso de crítica y público con la novela La hora violeta, Sergio del Molino (Madrid, 1972) vuelve al ensayo con La España vacía, viaje biográfico, histórico y sentimental por un país deshabitado y casi desconocido que vive dentro del nuestro. Del Molino, seleccionado en 2013 por El Cultural como uno de los doce escritores españoles con más proyección, analiza la huella imborrable que el éxodo masivo que en solo veinte años, entre 1950 y 1970, vació el campo español ha dejado en el carácter de nuestra sociedad. Y lo hace recorriendo los pueblos de ese país vacío y recordando la literatura, el cine y la historia que los relatan.
Tras lograr el aplauso de crítica y público con la novela La hora violeta, Sergio del Molino (Madrid, 1972) vuelve al ensayo con La España vacía, viaje biográfico, histórico y sentimental por un país deshabitado y casi desconocido que vive dentro del nuestro. Del Molino, seleccionado en 2013 por El Cultural como uno de los doce escritores españoles con más proyección, analiza la huella imborrable que el éxodo masivo que en solo veinte años, entre 1950 y 1970, vació el campo español ha dejado en el carácter de nuestra sociedad. Y lo hace recorriendo los pueblos de ese país vacío y recordando la literatura, el cine y la historia que los relatan.
2. Patria, Fernando Aramburu (Tusquets, 648 páginas, 22,90 euros).
Fernando Aramburu recrea en Patria más de treinta años de la vida en Euskadi bajo el terrorismo etarra, tema que el escritor donostiarra ya había abordado en la novela Años lentos y en el libro de cuentos Los peces de la amargura. Todo arranca el día en que ETA anuncia el abandono de las armas y Bittori le cuenta a la tumba de su marido, asesinado por los terroristas, que ha decidido volver a la casa donde vivieron. ¿Podrá convivir con quienes la acosaron antes y después del atentado que trastocó su vida y la de su familia? Patria nos habla de la imposibilidad de olvidar y de la necesidad de perdón en una comunidad rota por el fanatismo político.
3. Manual para mujeres de la limpieza, Lucia Berlin (Alfaguara, 432 páginas, 20,90 euros).
Que una escritora del calibre de Lucia Berlin (1936-2004) fuera casi una desconocida hasta la fecha es un misterio insondable. Sus historias se inspiran en sus propios recuerdos: su infancia en distintas poblaciones mineras de Idaho, Kentucky y Montana, su adolescencia glamurosa en Santiago de Chile, sus estancias en El Paso, Nueva York, México o California, sus tres matrimonios fallidos, su alcoholismo o los distintos puestos de trabajo que desempeñó para poder mantener a sus cuatro hijos (enfermera, telefonista, limpiadora o profesora de escritura en distintas universidades y en una cárcel). Las mujeres de Berlin ríen, lloran, aman y beben: sobreviven.
4. El amor del revés, Luisgé Martín (Anagrama, 280 páginas, 18,90 euros).
El amor del revés es la autobiografía sentimental de un muchacho que, al llegar a la adolescencia, descubre que su corazón está podrido por una "enfermedad maligna": la homosexualidad. Pero también es la historia de un camino de perfección que trata de poner al descubierto la intimidad de alguien que de repente se siente apartado de las normas sociales y trata de sobrevivir entre ellas, y el retrato de una sociedad infectada por la intolerancia y por el prejuicio que busca enfermedades imaginarias para marcar su propio territorio moral. Luisgé Martín (Madrid, 1962), autor de la imprescindible La mujer de sombra, nos regala otra obra maestra.
5. Tú no eres como otras madres, Angelika Schrobsdorff (Periférica & Errata Naturae, 592 páginas, 24,50 euros).
Schrobsdorff reconstruye la vida real e inconformista de su madre, una mujer nacida en una familia de la burguesía judía de Berlín, liberada de prejuicios y deseosa de casarse con un artista (y no con el "excelente partido" que le han buscado). Else vivirá el nacimiento de un nuevo mundo junto a la culta bohemia de los locos años veinte, un periodo en el que tendrá tres hijos de tres padres diferentes, fiel a las dos promesas que se hizo de joven: vivir con la máxima intensidad y tener un hijo con cada hombre al que amara. Es, por tanto, la historia de una mujer singular que será arrollada por aquello mismo en lo que se negaba a creer: el presente.
6. Los muchachos de zinc, Svetlana Alexiévich (Debate, 336 páginas, 22,90 euros).
La devastadora guerra de Afganistán provocó más de 50.000 bajas soviéticas (los muertos volvían a casa en ataúdes de zinc sellados mientras el Estado ni siquiera reconocía el conflicto). Los muchachos de zinc generó una inmensa polémica cuando fue publicada originalmente en la URSS: acusaron a Svetlana Alexiévich de escribir un «texto fantasioso lleno de injurias» cuando lo cierto es que la autora bielorrusa, premio Nobel de 2015, se limita a ofrecer el testimonio cándido y emocionante de los oficiales y los soldados rasos, de las enfermeras y las prostitutas, de las madres, los hijos y las hijas, sobre la brutalidad de la guerra y sus duraderos efectos.
7. Viva, Patrick Deville (Anagrama, 256 páginas, 19,90 euros).
México, 1937. León Trotski y su esposa, Natalia Ivánovna, desembarcan del petrolero noruego Ruth en el puerto de Tampico. Huyen de Stalin, y los acogerá en su casa la pintora Frida Kahlo. Por aquellos años, en Cuernavaca, el escritor británico Malcolm Lowry invoca sus demonios, bebe y escribe Bajo el volcán. El escritor francés Patrick Deville, autor de la celebrada Peste & Cólera, transporta al lector al México de la década de 1930, un hervidero político y cultural donde se cruzan o viven sin llegar a cruzarse jamás expatriados y autóctonos que van a forjar revoluciones políticas y estéticas que dejarán huella en el siglo XX.
8. Morir en primavera, Ralf Rothmann (Libros del Asteroide, 240 páginas, 19,95 euros).
Ralf Rothmann (Schleswig, 1953), considerado por Peter Handke el autor alemán «más representativo de su generación», rememora en Morir en primavera el final de la segunda guerra mundial, cuando en febrero del año 1945 el ejército alemán está a punto de sucumbir ante la ofensiva aliada. Walter y Friedrich, dos amigos de diecisiete años que trabajan en una vaquería, creen que nunca serán llamados a filas y trazan planes para el futuro, pero acabarán siendo reclutados y asistirán al caos provocado por la desbandada nazi.
9. Brújula, Mathias Enard (Mondadori, 448 páginas, 22,90 euros).
En su apartamento de Viena, mientras empieza a nevar, el musicólogo Franz Ritter evoca los lugares que han marcado su biografía intelectual y sentimental. Durante esa noche de insomnio desfilan por su mente amigos y amores, músicos y literatos malditos, viajeros y mujeres aventureras de procedencia y destino inciertos, todos tocados por el hechizo de Oriente Próximo. Sus pensamientos más profundos los reserva para Sarah, mujer de la que ha estado enamorado veinte años. Mathias Enard (Niort, 1972), uno de los pesos pesados de la narrativa francesa actual, logró el prestigioso premio Goncourt con esta novela.
10. La desfachatez intelectual, Ignacio Sánchez-Cuenca (Libros de la Catarata, 224 páginas, 17,50 euros).
Sostiene Sánchez-Cuenca, profesor de Ciencia Política en la Universidad Carlos III de Madrid, que muchos de los intelectuales españoles de mayor prestigio y visibilidad, casi siempre escritores y hombres de letras, se caracterizan por participar en el debate político con ideas superficiales y frívolas, expuestas en un tono tajante y prepotente. La desfachatez intelectual se sostiene sobre una impunidad generalizada, que nace de la ausencia de una crítica explícita a esas opiniones. Frente a la figura del intelectual que pontifica sobre cualquier asunto, se apuesta por una esfera pública más plural, menos personalista y con filtros más eficaces que eleven el nivel de nuestro debate.
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