Hace ya más de diez años, exactamente el 27 de enero del año 2005, el Diario de Cádiz publicaba el siguiente editorial. ¿A qué después de leerlo detenidamente parece que efectivamente estamos como hace diez años? Y con el riesgo de que al no avanzar, el retroceso, el retraso, sea mayor.
LA ministra de Cultura, Carmen Calvo, ha dado por imposible
que Cádiz pueda estar reconocida como ciudad del Patrimonio de la Humanidad
antes del año 2012. Como ya informó Diario de Cádiz el pasado domingo,
las limitaciones que ha impuesto la Unesco a nuestro país, la existencia de una
lista de 24 candidaturas españolas y, ¿a qué negarlo?, el escaso interés
político que ha existido por los principales partidos e instituciones
constituyen un muro insalvable para una aspiración que, en condiciones normales,
sería legítima y, en cualquier caso, está más que justificada.
El problema es el mismo de otras ocasiones: vamos con retraso. Cuando el
Ayuntamiento ha querido relanzar la candidatura de Cádiz, ya hay demasiados
inconvenientes por medio. Llegamos tarde y mal. Ahora vendrá la segunda parte,
que es enredarse en acusaciones inútiles sobre quién tiene la culpa, si el PSOE
por no haberlo activado cuando gobernaba en Cádiz, o el PP porque ha perdido
demasiado tiempo en plantearlo. La conclusión es que el perjuicio lo sufrirá la
ciudad de Cádiz, que seguirá sin un reconocimiento de gran valor para la
promoción del turismo cultural y para disfrutar de beneficios añadidos.
Lo que ha sucedido debería servir de lección para la organización de los
actos del bicentenario de la Constitución de 1812. Ahora estamos perdidos entre
una maraña burocrática y partidista, en la que se reparten reproches,
acusaciones y se intenta acaparar protagonismo. Faltan siete años, pero la
trayectoria que lleva este asunto empieza a ser muy preocupante. La
vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, dijo que aún es
pronto; la ministra de Cultura, Carmen Calvo, afirmó ayer que su Ministerio, por
supuesto, apoyará el bicentenario constitucional. Pero, en la actualidad, lo
único cierto es que no se ha hecho nada. No hay compromisos concretos, ni se
trabaja en proyectos conocidos. No pasamos de las buenas palabras y las
vaguedades. Considerando los antecedentes, hoy es pronto, pero mañana puede ser
tarde. La frustración de la candidatura del Patrimonio de la Humanidad debe
mover a la reflexión: en Cádiz casi siempre se deja para mañana lo que se puede
hacer hoy. Los grandes proyectos exigen acuerdos y compromisos, con altura de
miras y generosidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario