domingo, 12 de abril de 2015

Cádiz tiene una deuda con sus cigarreras


Otra de las grandes industrias en Cádiz desaparecía y la ciudad avanzaba a ocupar de forma duradera la cabeza de las ciudades con más paro y capital de la provincia “campeona” del desempleo
“El Ministerio de Trabajo ha aprobado el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) de Altadis, que afectará a un máximo de 794 trabajadores en España, de los que 207 serán de la fábrica de Cádiz, en la que sólo quedarán 67 empleados”.
Era en marzo de 1999. Con la ejecución de este ERE la tradicional actividad industrial de Cádiz, relacionada con la fabricación del tabaco, la Fábrica de Tabacos, con más de tres siglos de actividad en la ciudad y con una enorme influencia económica, social y cultural en la ciudad quedaría a sólo un paso de su desaparición definitiva.
“La Fábrica de Cádiz, cuya existencia se remonta a fines del siglo XVII, ha conocido tres emplazamientos. El primero, en una casona frente a la llamada Puerta de Sevilla; el segundo en el edificio que fue Alhóndiga, desde 1829, el cual será remodelado en los años inmediatamente anteriores a la constitución de la CAT (Compañía Arrendataria del Tabaco); y el tercero, ya en los ochenta del siglo XX, en un nuevo espacio edificado ex profeso: el Centro Tabaquero Industrial. En una primera etapa, la fábrica de Cádiz sólo ocupó mujeres y sólo produjo cigarros. A finales del XVIII cuenta con 90 ranchos y con 580 operarias. Su traslado a la Alhóndiga el permite crecer hasta cerca de 1.509 operarias y 100 hombres en el XIX, ocupándose ahora también de los “cigarrillos de papel”(Francisco Comín Comín y Pablo Martín Aceña, (1999) .TABACALERA Y EL ESTANCO DEL TABACO EN ESPAÑA 1936 1998).
“Fue una fábrica moderna, la mejor de su tiempo, con capacidad para más de dos mil trabajadoras. A finales del siglo XX, tras dejar de cumplir sus funciones fabriles, al trasladar la actividad tabaquera a una nave a la entrada de Cádiz, el edificio fue remodelado para adaptarlo a Palacio de Congresos”.
Es en el año 1998 con el primer gobierno de José María Aznar cuando comienza el desmantelamiento de la histórica producción de cigarros en la ciudad de Cádiz empezando con la privatización de la actividad. En el momento de su privatización Tabacalera S.A. estaba participada por el Estado en un 52,36%. Altadis, nuevo nombre de la Fábrica de Tabacos de Cádiz surge como resultado de la fusión de la española Tabacalera y la francesa SEITA a finales de 1999, integrándose posteriormente en el grupo multinacional de Imperial Tobacco al que pertenece en la actualidad.
Estos cambios de propiedad desde su privatización han supuesto constantes reducciones de plantilla de forma que el 27 de junio de 2013 es el último día de producción en la tabacalera de Cádiz hasta que en abril de 2014 se cierra definitivamente toda la actividad y cierra sus puertas la actividad de fabricación de tabaco que se creara en 1741 por Felipe V.
Antes en 1985 se llega a un acuerdo entre el Ayuntamiento de la ciudad bajo el socialista Carlos Díaz, la Zona Franca de Cádiz y Tabacalera, con su presidente el arcense Cándido Velázquez-Gaztelu para construir a la entrada de la ciudad, en terrenos de la Zona Franca, unas nuevas instalaciones para el que sería el Centro Industrial Tabaquero con una superficie de 153.000 metros y una inversión de 12.000 millones y así poder consolidar la actividad tabaquera en la ciudad y salvar miles de empleos. En compensación la ciudad se haría con la antigua instalación de la fábrica de tabacos de la calle Plocia para convertirla en Palacio de Congresos.
Por estos hechos: su permanencia en la ciudad durante más de tres siglos; por los trabajadores gaditanos y, sobre todo, las miles de trabajadoras gaditanas que durante más de trescientos años han trabajado en ella y han ganado con muchos esfuerzos su sustento y el de sus familias; por su significación económica, social y cultural, … la ciudad de Cádiz al dejar desaparecer esta actividad tenía contraída una deuda con su Tabacalera y especialmente con las miles de mujeres que en ella habían duramente trabajado.
Por ello en noviembre de 1996 dirigí como Presidente de la Fundación ¡Por el Futuro de la Bahía de Cádiz! una carta a la Alcaldesa de Cádiz para proponerle que ante la inauguración y puesta en funcionamiento del Palacio de Congresos de la ciudad de Cádiz en el edificio que en los últimos tiempos había sido la Fábrica de Tabacos este Palacio de Congresos fuera denominado PALACIO DE CONGRESOS “LAS CIGARRERAS” DE CÁDIZ.
Como tantas propuestas libremente emanadas de la ciudadanía la mujer y Alcaldesa por el Partido Popular de Cádiz desoyó la iniciativa y no contribuyó en forma alguna a saldar la deuda que la ciudad de Cádiz tenía contraída con las cigarreras de Cádiz. Otra de las grandes industrias en Cádiz desaparecía y la ciudad avanzaba a ocupar de forma duradera la cabeza de las ciudades con más paro y capital de la provincia “campeona” del desempleo.
* Gregorio López Martínez, Cádiz
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(Publicado en El Plural)

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