Un informe de la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria (ENVI) del Parlamento Europeo sobre los desperdicios de alimentos revela que alrededor de 88 millones de toneladas de comida acaban cada año en la basura en la UE. La producción y eliminación de estos alimentos provoca la emisión de 170 millones de toneladas de CO2.
Se propone una serie de medidas para alcanzar los objetivos de reducir un 30% de desperdicios alimentarios en 2025 y llegar a una reducción del 50% en 2030. Se pone de manifiesto la necesidad de que los Estados miembros y los operadores del sector hagan más por aclarar al consumidor la diferencia entre las fechas de caducidad y de consumo preferente. Los eurodiputados van más allá y piden a la Comisión que evalúe los posibles beneficios derivados de la eliminación de las fechas de consumo de algunos productos, sin que conlleve riesgo para la salud o el medio ambiente.
Por otra parte, en relación a la propuesta de facilitar la donación de alimentos, el Parlamento quiere que la Comisión proponga un cambio en la directiva del IVA autorizando explícitamente la exención de impuestos en las donaciones de los mismos. Asimismo, plantea que el Fondo de Ayuda Europea para los Más Necesitados (FEAD, por sus siglas en inglés) se utilice para financiar los costes de las infraestructuras de almacenamiento y transporte de los alimentos donados.
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