60 años después de los Tratados de Roma, la UE se enfrenta a varios retos que cuestionan, en algunos casos, su futuro. En este contexto de cambio y, en el marco del aniversario, la Comisión Europea ha querido contribuir al debate con el Libro Blanco sobre el futuro de Europa, cuyos objetivos se recogen en las palabras del prólogo a cargo del presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, “Una Europa unida de Veintisiete debe configurar su propio destino y perfilar una visión de su propio futuro”.
A pesar de los grandes logros y ventajas que han marcado estos 60 años del proyecto europeo, el mayor mercado único del mundo, la segunda moneda más utilizada, la mayor potencia comercial, una política de cohesión social y territorial, y vanguardia en la innovación, entre otros, Europa se enfrenta a serios desafíos, como el debilitamiento en su posición demográfica y económica mundial, el persistente efecto de la crisis económica y financiera de 2008, la salida del Reino Unido o la aparición en varios Estados miembros de populismos, xenofobia, que ponen en solfa los valores y principios del derecho europeo.
El Libro Blanco sobre el futuro de Europa plantea cinco escenarios posibles en 2025, escenarios que se vinculan a las decisiones que se tomen conjuntamente. El título de cada uno de estos escenarios permite hacerse una idea de su desarrollo: “Seguir igual”, “Sólo Mercado único”, “Los que desean hacer más, hacen más”, “Hacer menos pero de forma más eficiente” y “Hacer mucho más conjuntamente”. Aunque cada escenario aborda las ventajas e inconvenientes, así como los efectos de cada una de las políticas europeas y las consecuencias previsibles de cada uno de los escenario, el debate abierto en el Consejo y el Parlamento y, como no, en la propia ciudadanía europea, es muy plural.
En esta línea, la Comisión Europea, junto con el Parlamento Europeo y los Estados miembros interesados, organizará una serie de «Debates sobre el Futuro de Europa» en los parlamentos nacionales, las ciudades y las regiones de la Unión. Y la publicación de una serie de documentos de reflexión, como “Desarrollo de la dimensión social de Europa” y “Encauzamiento de la globalización”.
El debate que siguió a la presentación de El Libro Blanco en el Paramento Europeo, tuvo reacciones muy dispares según los grupos políticos, reacciones que evidencian distintas visiones de Europa y por tanto distintos caminos a seguir. Desde los grupos conservadores que apuestan por concentrarse en menos ámbitos políticos y ser más eficientes, a los Socialistas y Demócratas, que cuestionaron las cinco opciones, ya que dejan a la UE en manos de los que la quieren debilitar o incluso liquidar, y apuestan por trabajar juntos y avanzar en la Europa social y política que reclaman los ciudadanos. La reacción de los liberales afirmando que hoy la UE no puede afrontar muchos de los retos, reclamó distintas velocidades para cada Estado miembro. En definitiva, un debate abierto en el que los ciudadanos han expresado también distintas reflexiones, como se puede comprobar en la encuesta del Eurobarómetro, de marzo de 2017, donde la mayoría de los encuestados cree que en toda una gama de ámbitos políticos, desde la seguridad y la migración hasta la política económica y social, Europa “puede y debe hacer más para superar los problemas”. Para la ciudadanía europea, el 53% de los encuestados dice no sentirse escuchado por la UE. Cifras que revelan la insatisfacción con la política actual de la Unión Europea.
En septiembre, en el debate sobre el Estado de la Unión, el presidente Juncker ahondará en estas ideas antes de que puedan extraerse las primeras conclusiones en el Consejo Europeo de diciembre de 2017. Ello debe ayudar a determinar una línea de actuación que pueda ser desarrollada a tiempo para las elecciones al Parlamento Europeo de junio de 2019.
(Tomado del Boletín Bruselas- Junta de Andalucía)
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