En el mismo Catálogo de Bienes aparecen los siguientes datos históricos: Aunque durante buena parte de la Guerra de Independencia la iniciativa ofensiva correspondió al bando francés, las fuerzas españolas sitiadas en Cádiz dispusieron una serie de emplazamientos con los que devolvían el fuego enemigo y apoyaban a las embarcaciones que transitaban la bahía gaditana. Desde el primer momento de la guerra, con la lucha contra la armada de Rosilly, este frente jugó un importante papel.
La mayoría de estas defensas estaban ideadas, en ocasiones desde el siglo XVII, para repeler un asedio inglés por mar. Sin embargo, cuando las fuerzas francesas ocuparon la orilla peninsular de la Bahía de Cádiz, dichas fortificaciones se emplearon para devolver el fuego enemigo, además de ser una defensa excelente en caso de que las fuerzas francesas planeasen un desembarco.Aunque la orilla oriental de la Bahía estuvo ocupada desde el 24 de abril de 1810, no fue hasta el 1 de diciembre de 1810 que se iniciaron los bombardeos de hostigamiento que castigaron a la ciudad de Cádiz y concretamente a este frente, durando hasta el 25 de agosto de 1812, fecha en la cual los franceses se retiraron.
Este frente defensivo comenzaba en la parte sur de Cádiz con el Castillo de San Lorenzo del Puntal, junto al barrio de Puntales, continuaba con las Baterías de extramuros de Segunda y Primera Aguada, terminando dentro de las murallas de Cádiz con la Batería de San Santiago. Existieron otras baterías, pero han desaparecido totalmente con el paso de las décadas. La mayoría de ellas estaban construidas en piedra ostionera, resistente y abundante en la zona.
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