El Sr. ministro Arias Cañete, el jerezano postizo, sigue haciendo “favores” a Andalucía, tierra a la que tanto quiere y en la que se lo pasa tan bien. Ahora, en el reparto de fondos de la PAC (Política Agraria Común) le ha pegado un pellizco de 400 millones y pico, al dinero que le correspondería a Andalucía para dedicar al Desarrollo Rural. Qué suerte tenemos los andaluces con nuestros paisanos ministros. Menos mal que solo tenemos tres, si tuviéramos más los andaluces nos tendríamos que empadronar en Comunidades gobernadas por el PP para poder medio subsistir. Este ministro es el que quiere vender el mayor latifundio de España, que está en Andalucía, en Castellar de la Frontera, y que es una joya de finca. La quiere vender por un mínimo de 300 millones para que algún magnate o “fondo buitre” la dedique al turismo de élite.
Desde el Ministerio se trabaja en un Plan que abordaría la construcción de “un hotel de cinco estrellas “gran lujo”, un centro ecuestre, campos de golf y un aeródromo “para uso turístico, deportivo y recreativo”. “Posiblemente, también un campo de polo”.
La Almoraima es de una riqueza ecológica espectacular siendo conocida como “la última selva mediterránea”. Este es, posiblemente, el único hábitat natural de toda España en el que la National Geografic ha elaborado un documental. De las 14.113 hectáreas, el 90% está dentro del Parque Natural de los Alcornocales. Y, por otro lado, dichas hectáreas suponen el 77,88% del municipio. Para hacerse una idea de la extensión de la que estamos hablando, dentro del perímetro de la finca cabrían 20 colonias del tamaño de Gibraltar (de siete kilómetros cuadrados). El nacimiento de La Almoraima se remonta a 1445, cuando Juan de Saavedra fue premiado con el señorío de Castellar. Luego pasó a la casa de Medinaceli a la que se la compró Rumasa en 1973. Cuando el primer Gobierno de Felipe González, en 1983, expropió los activos de Rumasa, la finca quedó propiedad del Estado.

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