Un genocidio retransmitido en directo, pateras que se hunden con personas que solo buscaban protección, y discursos de odio que van ganando terreno en las redes, en los medios y en las instituciones.
  Prácticamente todos los días se producen ataques a los derechos humanos y con demasiada frecuencia las personas migrantes y refugiadas son el objetivo:
  - El 21 de agosto, hace apenas unas semanas, Estados Unidos firmó un acuerdo con Uganda para deportar personas migrantes, como ya había hecho con otros países africanos como Sudán del Sur, Esuatini y Ruanda. 
  - El 4 de septiembre, Grecia aprobó una ley que impone penas de cárcel a las personas solicitantes de asilo que, tras ver denegada su solicitud, no abandonen el país en 14 días. 
  - Y el 8 de septiembre, el pasado lunes, el Reino Unido anunció la suspensión de la reagrupación familiar, una de las escasas vías para que las personas refugiadas puedan acceder a la protección de una manera legal y segura. 
  Tres noticias en menos de un mes, de tres países que se suponen democráticos mientras atacan el derecho de asilo y los derechos humanos.
  En España, mientras tanto, sigue siendo prácticamente imposible conseguir una cita para solicitar asilo, existen barreras que convierten la reagrupación familiar en una odisea y llevamos décadas alzando la voz para que se faciliten vías legales y seguras que permitan a las personas refugiadas pedir protección sin tener que jugarse la vida. 
  Los derechos humanos son nuestros derechos, los de toda la humanidad. Y entre todos y todas tenemos que defenderlos.
  En CEAR lo defendemos cada día y necesitamos tu apoyo para seguir haciéndolo.  | 
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