martes, 3 de junio de 2025

Los derechos humanos en Europa 75 años después

 Tras 75 años de la firma de la Declaración Schuman, que marcó el inicio del proceso de integración europea, los valores de la Unión Europea se encuentran a la deriva, especialmente en lo que respecta a la migración y el derecho de asilo. CEAR considera esta efeméride una gran oportunidad para reflexionar sobre el rumbo del proyecto europeo y la necesidad urgente de volver a sus raíces: la protección de los derechos humanos, el respeto a la dignidad humana y la solidaridad. 


 

El 9 de mayo se celebra el Día de Europa, fecha que conmemora el aniversario de la Declaración Schuman de 1950. Aquella declaración proponía una Europa unida por la paz, la cooperación y el respeto a la dignidad humana como respuesta al horror de la guerra. Sin embargo, las políticas de la UE en materia de migración y asilo continúan distanciándose de esos ideales, dejando a muchas de las personas que se ven obligadas a huir de sus países en una situación de desprotección en la que sus derechos humanos son gravemente vulnerados. 

El Pacto Europeo de Migración y Asilo aprobado en 2024 ejemplifica esta deriva, ya que prioriza políticas de control de fronteras y retornos en detrimento de la protección de las personas que tienen que huir de sus países para salvar sus vidas. Además, incluye prácticas que suponen riesgos para las mismas como la extensión de las detenciones, procedimientos acelerados y acuerdos con terceros países que no garantizan una adecuada protección, los cuales no cumplen con los estándares del derecho internacional. Asimismo, en el contexto actual, el auge de los discursos de odio y de las políticas antimigratorias amenazan la cohesión social y los valores de la UE. 

Construir la Europa de los derechos 

El camino para construir la Europa de los derechos no pasa por continuar negando la protección a las personas que ven amenazadas sus vidas. La UE no puede definirse por el blindaje de sus fronteras y por la exclusión de quienes buscan refugio y protección.  La adopción de medidas que garanticen los derechos humanos y la solidaridad debe ser su seña de identidad en coherencia con sus valores y principios fundacionales. 

Es necesario apostar por una política migratoria y de asilo centrada en las personas, en su dignidad y en sus derechos humanos, en base al cumplimiento de los tratados y convenciones europeas e internacionales que garantizan, entre otros, el derecho de asilo. A este respecto, es de vital importancia señalar la necesidad de una acogida digna, así como un reparto equitativo de responsabilidades entre los Estados miembro independientemente del país de origen del que procedan las personas en necesidad de protección internacional.  

Además, cada día es más urgente adoptar medidas para erradicar los discursos de odio, la discriminación, el racismo y la xenofobia, que ponen en grave peligro el proyecto europeo y la convivencia social.  Por eso, hoy más que nunca es necesario reivindicar la Europa que soñaron quienes firmaron la Declaración Schuman: una Europa que no se construya desde el miedo ni desde el rechazo, sino desde la empatía, el respeto a los derechos, la responsabilidad compartida y los valores comunes. Esta es la única manera en que puede garantizarse que el proyecto europeo siga siendo un referente de derechos, justicia y solidaridad. 

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